Fue el guía suizo Mathías Zurbriggen en el verano austral de 1897 quien logró conquistar por primera vez el techo de América. El inglés Edward Fitz Gerald, compañero de Mathías, no pudo continuar aquejado de mal de altura en la Canaleta, a tan solo 200 metros del objetivo final. Le siguieron otros muchos aventureros durante la primera mitad del siglo XX, el más famoso de los cuales, el alemán Hans George Link, quien logró varios ascensos consecutivos, incluidos el de 1936 con su perra «Cachilita», y el de 1940 con Adriana Bance, su mujer, la primera fémina en alcanzar la cúspide del Aconcagua. En 1944, tras repitir la gesta, una tormenta los mató de frío mientras descendían la Canaleta. La normal del Aconcagua, pese a ser visitada al año por miles de montañeros, no es un paseo senderista. La muerte acecha detrás de cada nube.
Por la vertiente opuesta las condiciones de ascenso son bien distintas. La pared Sur del centinela es uno de los grandes abismos de la Tierra. Tres kilómetros de vertical, con muros de hielo, avalanchas, glaciares y cambios imprevistos de tiempo. Fue vencida por primera vez en 1954 por seis alpinistas franceses. En 1972, cuatro valencianos se convertirían en los primeros españoles en coronar la sur del coloso americano. En la Sur no hay rescate, una vez te metes, o sales por tus propios medios o la pared será tu tumba, varias cordadas permanecen en ella.
Plaza de Mulas (4.300 metros de altitud) – Cima del Aconcagua (6.962 metros de altitud) – Barcelona
PARTE 2
Día 17 de Enero del 2020
Plaza de Mulas (4.300 metros de altitud) – Canadá (Campo 1) (5.000 metros de altitud)

Tras un reparador día de descanso en la jornada anterior después de dos ascensiones seguidas a Nido de Cóndores (Campo 2), abandonamos definitivamente Plaza de Mulas; hoy alcanzaremos Canadá (Campo 1) rompiendo la barrera de los 5.000 metros de altitud. En Canadá acamparemos una sola noche. Los días empiezan a endurecerse mucho, ya no solo por la altitud; el intenso frío, el no tener ni una simple silla para sentarse, las largas horas dentro de la tienda de campaña, la acumulación de días, y un confort generalizado en decrecimiento exponencial conforme nos acercamos al objetivo van mellando las energías. Y son; el entorno paisajístico: energía visual que se transforma en remedio y calma necesaria que anestesia toda esa enorme falta de comodidades; junto al objetivo único y meta soñada: cima que actúa a modo de motor, engranando una y otra vez todos nuestros mecanismos de ánimo y fortaleza que amortiguan todas las durezas del camino hacia el techo de América.
Canadá (Campo 1)
Tras repetir el trayecto Plaza de Mulas – Canadá por tercera vez, esta vez ya para quedarse, montamos tiendas, y tras un descanso, nos vamos a dar una vuelta por los alrededores del Campo 1.

Alrededores de Canadá (Campo 1):




Plaza de Mulas a vista de pájaro desde el Campo 1



Plaza de Mulas a vista de pájaro desde Canadá
Día 18 de Enero del 2020
Canadá (Campo 1) – Nido de Cóndores (Campo 2)
Sin la necesidad de madrugar mucho ante una jornada relativamente corta y ante un sol muy debilitado bajo un cielo hundido por densas nubes que eclipsan cualquier rayo de calor, abandonamos el Campo 1; dejamos a nuestras espaldas otra etapa más y seguimos sumando camino; siguiente parada Nido de Cóndores (Campo 2), a 5.400 metros de altitud.
Dejamos atrás Canadá para alcanzar Nido, en Nido LANKO tiene una carpa comedor, al menos mejoramos algo respecto al Campo 1 y podremos comer bajo un techo alto fuera de las tiendas de campaña, aunque sin sillas ni mesas.


Cualquier andinista sabe que la presencia de un hongo blanco sobre la cima es señal de fuerte viento y precipitaciones en altura; un ataque a la cumbre en esas condiciones es un suicidio. En ocasiones, mientras en Plaza de Mulas (el campo base, a 4.300 metros de altitud) luce el sol, en Cólera (Campo 3) a más de 6.000 metros de altura, se registran temperaturas de 35 grados bajo cero y vientos superiores a los 100 kilómetros por hora. En esas condiciones, cualquier miembro del cuerpo expuesto a la intemperie se congela en pocos segundos.
Con todo, el principal enemigo de quienes afrontan la cima del Aconcagua no es la climatología, sino el mal de altura. Todos los alpinistas acostumbrados a la alta montaña coinciden en señalar que los siete mil metros de la cima americana son mucho más nocivos para la salud que esa misma altitud en el Himalaya. Estos fenómenos provocan que, ya en el campo base, muchos aspirantes queden noqueados por las nauseas y los mareos.
En mi grupo de 8 alpinistas, solo alcanzamos cumbre 4, y uno de ellos en bastantes malas condiciones.






Nido de Cóndores (Campo 2) – 5.400 metros de altitud


Tras alcanzar Nido montamos tiendas, comemos algo, y tras descansar una larga hora dentro del saco, me voy a dar un paseo por los alrededores del Campo 2, una enorme meseta donde la niebla, el frio y la nieve serán los protagonistas destacados durante los próximos dos días que permanezcamos aquí.
Día 19 de Enero del 2020
Día de descanso
Reponer fuerzas y aclimatar, beber abundante agua y comer. Tras la comida del medio día damos un paseo en grupo por los alrededores del Campo 2 ya con la vista clavada en la jornada del día siguiente, día en el cual ascenderemos hasta el último campamento – Cólera (Campo 3) -. Fluye un ligero nerviosismo ante la climatología adversa de estos días y ante la preocupación de dormir mal por encima de la barrera de los 6.000 metros de altitud, los días van pesando por la falta de comodidades y la precariedad del descanso, el temor de no estar al 100% físicamente para afrontar el último tirón a cima pesa en el grupo.
En Nido de Cóndores, a 5.400 metros, las narices sangran y la cabeza comienza a doler de verdad, es la tónica de una gran mayoría, yo me salvo de la quema y los 2 días en Nido de lo único que sufro es de aburrimiento al no poder escaparme y ascender metros en solitario. Será luego, pasado el semiderruido refugio Berlín y ya en Cólera (Campo 3), a más de 6.000 metros de altura, donde la Puna morderá con verdadera violencia: jaqueca e insomnio básicamente en mi, sin rastro de las temidas nauseas. ¡Las noches allí arriba son una espantosa pesadilla!. Si has podido descansar un mínimo, antes del amanecer coges tu equipo e intentas cima, justo lo que haremos nosotros. Hay que pasar las ruinas del viejo refugio Independencia a 6.300 metros de altitud, luego El Gran Acarreo, Acarreo que implica una travesía horizontal por un gran caos de piedra, punto negro del Aconcagua donde las alucinaciones atacan a los alpinistas, y finalmente, la Canaleta, la antesala de la cumbre, una empinada pedriza a 6.700 metros de altitud que se hace realmente dura y que te da acceso a la arista final.
Los guías lo tienen claro y nunca se arrepienten de la decisión que toman. Cuando te da el mal de altura solo existe un remedio: bajar, bajar tan rápido como lo pies te permitan. Quienes no han seguido ese consejo lo han pagado con su vida. El edema cerebral es la segunda causa de muerte en esta montaña.
Nido de Cóndores (Campo 2):











Y hacia el Oeste, las nubes nos regalan un atardecer inolvidable en la última noche en Nido de Cóndores:



Día 20 de Enero del 2020
Nido de Cóndores (Campo 2) – Cólera (Campo 3)
Abandonamos Nido en dirección a Cólera, jornada clave donde empieza lo realmente duro, ya que en mitad de la madrugada del siguiente día llega el momento de intentar cumbre. Las pocas horas de sueño serán una pesadilla por una altitud que nos aplastará literalmente, el temor se hace patente y el dolor de cabeza es intenso y no nos permitirá conciliar el sueño, manteniéndonos en una vigilia constante donde la cabeza se asemeja a una olla de presión a punto de reventar; será a eso de las tres y media cuando salgo de ese sopor y mi cabeza como por arte de magia se libera de esa intensa presión que realmente me tenía preocupado, señales de edema eran una posibilidad factible y real.









Berlín
A muy escasa distancia, tras una muralla de piedra se alza el nuevo campamento 3, Cólera. Berlín al igual que Independencia ya no se utilizan, estando ambos semiderruidos.



Nído de Cóndores a vista de pájaro desde Berlín

Nido de Cóndores a vista de pájaro

Nído de Cóndores a vista de pájaro desde Berlín




Cólera – Campo 3

El dolor de cabeza hace acto de presencia a media tarde, el único consuelo es que la noche va a ser corta, ya que a las 4 de la madrugada nos despertaremos para atacar definitivamente la cumbre, el día ha llegado tras 11 días de expedición, esa noche prácticamente es una vigilia, el intenso dolor de cabeza, el nerviosismo ante despertar y que la meteorología sea adversa, el temor a no estar fuerte; pero es sonar el despertador y la cabeza esta bien, como por arte de magia me siento nuevo y despejado, el viento es nulo aunque el frio es gélido, y bajo una calma total afrontamos los últimos mil metros hasta el techo del Aconcagua.
Día 21 de Enero del 2020
DÍA DE CUMBRE y regreso a Cólera (Campo 3)
Cólera (Campo 3) – Cima del Cerro Aconcagua – Cólera (Campo 3)
6.000 – 6.962 – 6.000
Pasado Independencia a 6.300 metros de altitud el sendero se transforma en una línea blanca endurecida por un sol ausente y unas temperaturas gélidas recrudecidas por una ligera ventisca que corta como un cuchillo.









6.962 metros de altitud – Cerro Aconcagua – 7summits


Tras casi media hora disfrutando de la cumbre toca desandar todo lo ascendido y regresar al Campo 3, el descenso a Cólera lo realizamos con agilidad y con toda la tranquilidad del mundo después de haber conquistado la cima. Montblanc por Innominata, Kilimanjaro por Rongai y luego Marangu y Aconcagua por la Normal tachados de la lista 7summits; siguiente objetivo para Mayo del 2021: Denali (Alaska).











Independencia a la vista (6.300 metros de altitud)






Tras Piedras Blancas ya divisamos Cólera, ante una mirada tranquila y relajada tras haber coronado cima, objetivo único para el cual viajé hasta aquí; una noche más en Cólera y ya solo quedará descender los tres campamentos en altura de golpe para poder disfrutar del relativo confort del Campo Base Plaza de Mulas: sillas, una mesa, comer con más decencia, agua para poder lavarse, un catre, y una altitud cómoda para poder conciliar un sueño que todos deseamos.




Cólera – Campo 3 (6.000 metros de altitud)

Día 22 de Enero del 2020
Cólera (Campo 3) – Plaza de Mulas
Tras una sorprendente buena noche en Cólera a más de 6.000 metros de altitud, nos queda afrontar una dura y eterna bajada hasta Plaza de Mulas, casi 2.000 metros de desnivel con una mochila hasta los topes.
Soltar la mochila y sentarse en una silla fue un tremendo alivio tras un descenso que se hizo muy largo, por suerte ya me calcé con las zapatillas ligeras de trekking cargando las G2 en la mochila ante un descenso muy vertical que parecía nunca acabar, si añadimos la ausencia de tensión y la conciencia libre de haber hecho cumbre, ese alivio se vio incrementado en una sonrisa y en una relajación total.
Plaza de Mulas (Campamento Base) – 4.300 metros de altitud –





Antes de partir coincidimos nuevamente con los sherpas, dos de ellos hombres récord: Mingma Gyabu y Chhanng Dawa:


Día 23 de Enero del 2020
Plaza de Mulas – Horcones – Mendoza
4.300 – 750 metros de altitud.
Deseando una ducha caliente y un litro de gel, una cama de verdad, una tele, y ese confort al que muchas veces estamos mal acostumbrados y que damos por hecho, valoramos y agradecemos la comodidad que estos tiempos modernos nos permiten disfrutar.





















Confluencia (3.400 metros de altitud)

Último tramo: Confluencia – Horcones
El grupo está literalmente roto, y la bajada se convierte en un verdadero infierno para la mayoría del grupo, el de Baréin noqueado, serias dudas de que llegue con la luz del sol a Confluencia, donde se quedará por fuerza mayor, y ya al día siguiente poder bajarlo en helicóptero hasta Horcones, con lo cual perdemos un guía, ya que no se le puede abandonar, y lo peor para ellos, es que los sacos de dormir van directos a Penitentes a lomos de las mulas. La pareja de franceses también están muy tocados de las rodillas pero van haciendo, los minutos empiezan a caer a plomo retrasando la previsión de llegada más pesimista, aunque a paso de tortuga finalmente conseguirán llegar hasta el puente de Horcones, donde un 4×4 los recogerá para cubrir el ultimo tramo hasta la salida del parque, Horcones, lugar donde el «transfer» nos espera para conducirnos hasta Penitentes primero, donde recuperaremos los petates que bajaron las mulas desde plaza de Mulas, y luego, finalmente, hasta el hotel de Mendoza: Raíces del Aconcagua. En cabeza los de siempre, yo, Andrés (Chile) y Oliver (Isla Reunión), y acompañándonos Gabi, el tercer guía. El Rumano y el Nor-Coreano van haciendo junto a Mata, resignado a la triste realidad. El último día se cubre el tramo más largo de toda la expedición, desde Plaza de Mulas hasta Horcones, cubriendo los 28 kilómetros de distancia, las 5 horas previstas de camino se transforman en muchas más horas, llegando de madrugada al hotel de Mendoza. Es irresponsable meterse en un grupo para acometer un 7.000, y más si es el Aconcagua, sin una preparación previa intensa; vivimos unos tiempos donde la moda de la montaña lleva a mucha gente a meterse en proyectos del todo grandes donde la realidad muestra toda su crudeza, crucificándose a si mismos, y castigando al resto del grupo con demoras que cabrean bastante. Porque Kilimanjaro no es Aconcagua, los que reventaron venían con la experiencia del Kili, una montaña bien conocida por mi e incomparable ante la exigencia del Aconcagua, un cerro implacable y duro. Que decir también, que un físico no preparado puede ser causa directa de los temidos accidentes mortales en montaña, y puede ser causa de morir congelado si hay un cambio imprevisto de meteorología a mitad de camino y las piernas no dan para salir con rapidez.



Los franceses terminan su Aconcagua, sin cima y maltrechos, nosotros continuamos hasta alcanzar la muy próxima salida del parque: Horcones.






A Penitentes y a Mendoza.


Día 24 de Enero del 2020
RAÍCES DEL ACONCAGUA – MENDOZA
Día de descanso
Tras una buena ducha en la madrugada después de 13 días sin ducharse, y tras un descanso más que deseado y confortable en una cama de verdad, el día lo dedico a descansar en el propio hotel y a deambular por los alrededores del mismo, paseando por las hermosas calles de Mendoza; comer bien, empezar a limpiar y ordenar el equipo, y lentamente, volver a una normalidad civilizada.


Mendoza

Día 25 de Enero del 2020
Cerro Gloria desde el hotel Raíces del Aconcagua:

Tras un merecido día de descanso en el día de ayer, donde el cuerpo está del todo descompensado tras 2 semanas de durísima expedición, decido hacer una caminata y visitar el cerro Gloria, una caminata que desde el hotel, entre ida y vuelta, salen 13 kilómetros, caminata en la cual me doy cuenta de que mis piernas están realmente cansadas.
Día 26 de Enero del 2020
Día previo a mi regreso a casa, Barcelona.
Nuevamente, tras despertarme y desayunar, dedico un día más a deambular, descansar, y ya si, organizar definitivamente que es lo que voy a facturar y que no, ya que mi vuelo sale a primera hora de la mañana del día siguiente, y antes de dormir lo he de dejar todo más que preparado. Antes de comer me veo con Mata, que me viene a ver al hotel y así despedirnos hasta mi futuro y nuevo regreso a Mendoza, contando con él como guía pero esta vez a título privado, sin nadie más que entorpezca mi ritmo. Así pues, disfruto de un último día y noche en Mendoza antes de partir definitivamente a casa, Barcelona.
Día 27 de Enero del 2020
Mendoza – Buenos Aires – Frankfurt
El «transfer» de LANKO a las 6 a.m. de la mañana me recoge para llevarme al aeropuerto, donde nuevamente con LATAM volaré hasta Buenos Aires, realizando idéntico trayecto que a la venida hasta aquí, Mendoza. Me esperan dos días de viaje, y aunque desearía aterrizar en Barcelona al instante como por arte de magia, disfruto a mi manera de un largo regreso entre terminales, aduanas y aviones, viaje que salió a pedir de boca, sin retrasos y con todo lo facturado recuperado.
Frankfurt (12:00 a.m. – 28/1/2020):

Día 28 de Enero del 2020
Frankfurt – Barcelona
Al fin último vuelo que en escasas 2 horas me dejará de nuevo en casa; y feliz de estar nuevamente en España, con un recuerdo del todo imborrable ante tal enorme experiencia: Aconcagua!.

Secretaria de Medio Ambiente: click
El edema cerebral es la segunda causa de muerte en el Aconcagua.
No fue un paseo, no fue un viaje de placer, ni siquiera fue algo agradable, porque aquí se viene a sufrir. Una montaña muy alta, ubicada en una de las regiones mas frías y secas del mundo, temperaturas de -30 grados con una humedad ambiente del 5%, que la hacen una montaña de difícil ascensión, tanto que los grandes expertos la consideran un 8.000. Tras mi experiencia y fortaleza tanto física como mental ante un Aconcagua extremo no me cabe ninguna duda que puedo ante un ocho mil, algo, que ciertamente llegará.
Carlos Antolin Carruesco – Aconcagua (Enero del 2020)
Mi total agradecimiento a NATURTREK, y a Markel especialmente, quienes desde España diseñaron desde el minuto uno un viaje y una estancia perfecta, con un seguimiento constante personalizado ante cualquier posible incidencia que pudiera surgir, incidencia que nunca llegó, haciendo posible la cima al cerro Aconcagua de la mano de LANKO, empresa operadora que aportó toda la logística y organización del grupo, junto a los tres guías que nos acompañaron desde el mismo día que se entró en Mendoza: a Colo, Mata y Gabi, mil gracias por dos semanas inolvidables. Que decir de mi compañero de tienda Andrés, inolvidable compañía a lo largo de toda la expedición.