Saliendo de la localidad de Agüimes en dirección al Restaurante Tagoror y las Casas Cueva Canarias por la carretera GC103, nos adentramos en el impresionante barranco de Guayadeque. El asfalto, que se sumerge de lleno entre los altos muros del barranco, directos hacía el interior de la isla, termina en el Restaurante Tagoror bajo los imponentes muros de la Montaña de las Tierras, una pirámide decapitada incrustada en medio de los colosales muros de Guayadeque. Al asfalto le prosigue una pista de tierra que nos lleva hasta el caserío de Lereta y en línea recta – a partir de Lereta – hasta el impresionante cráter y caldera de Los Marteles.

Justo bajo las laderas de la Montaña de las Tierras iniciamos ruta, nuestro objetivo principal es la caldera de Los Marteles y Roque Grande, previamente pasaremos por el caserío de Lereta, el Cruce del Olivo y Los Bucios; la ruta es majestuosa, un camino entre prehistóricos muros de roca que nos eleva sin cesar hasta llegar a una de las calderas más hermosas de Gran Canaria: Los Marteles. Las paredes que se alzan ante nuestros ojos son de una originalidad extrema.














Lereta

Una vez en Lereta continuamos por el sendero que se abre a mano izquierda, abandonamos el ancho camino que nos trajo hasta este bonito caserío y continuamos por un estrecho sendero que nos llevará primero hasta las casas de Los Bucios y de allí a La Caldera de Los Marteles.




Ya se viste el almendro de flores para soñar en silencio
Y abadonar su pensamiento del pasado seco.
Acompaña en los campos al olivo,
Dádiva de calor en las noches de invierno.
Ya se viste de flores de color blanco y rosa
Y nos regala pétalos con escala suave y hermosa.
A finales de enero quiere alzar su mano,
se reivindica como desafío al frío.
Ya se viste de flores, ya inunda el campo de alegría
Y con su garbo generoso y recio la primavera anuncia.
Cómplice del sol y de los pájaros, alma de vital energía,
Una invitación a la vida, un despertar eres en el nuevo día.


Podemos observar en la siguiente fotografía ese horizonte donde una cadena de pinos recorre lo alto de la montaña: estamos ante el filo de la caldera de Los Marteles, en breve se abrirá ante nosotros un inmenso cráter lleno de vida y belleza.
Los Bucios


Cogemos el sendero que se abre a mano derecha y que marca como dirección La caldera de Los Marteles, si seguimos la pista de tierra nos llevaría también a la caldera pero pasando justo por las puertas de las casas de Los Bucios, algo poco recomendable, ya que a veces los perros están sueltos y no son muy amigables que se diga.




La caldera de Los Marteles


El camino acaba y conecta con el asfalto (carretera GC130); me dirijo por carretera hasta el Mirador de Los Marteles bordeando toda la caldera. El mirador de la caldera de Los Marteles nos ofrece dos panorámicas paisajísticas increíbles, hacia el Sur la propia caldera, y al Norte, el espectacular Roque Grande, un inmenso domo bajo un ilimitado horizonte que traspasa los límites terrestres de la isla de Gran Canaria, donde admiraremos los inmensos valles canarios y la capital de la isla, Las Palmas de Gran Canaria.





Decido regresar por la carretera GC130 hasta la aldea de Lereta, ya que la gran ausencia de señales e indicaciones me obligan a repetir el mismo sendero y camino que me trajo hasta el mirador de la caldera de Los Marteles; así pues, continuo por el asfalto y carretera GC130 hasta encontrar el desvío que me llevará hasta el caserío de Lereta, siempre por asfalto. Una vez en Lereta recuperaré la misma pista de tierra de inicio hasta regresar al origen de esta ruta, la Montaña de Las Tierras, las Casas Cueva y el Restaurante Tagoror. En posteriores rutas por Guayadeque voy encontrando alternativas de paso por nuevas pistas y escondidas veredas hasta alcanzar un conocimiento exacto de todas los caminos que en un futuro me ayudarán a realizar esa gran circular soñada, recorriendo por entero todo el gigantesco barranco de Guayadeque.
Enlace a esa Gran Circular que realice un inolvidable día en Diciembre del 2017: click
GC130
Dejamos atrás la caldera de Los Marteles y Roque Grande y regresamos a nuestro origen: La Montaña de Las Tierras, cerrando la ruta de hoy.








En breve finaliza el asfalto y entramos nuevamente en el caserío de Lereta donde recuperamos la pista de tierra que nos trajo desde Las Casas Cueva (Montaña de Las Tierras) hasta justo aquí, el caserío de Lereta; en breve alcanzaremos las Casas Cueva y el restaurante Tagoror, origen e inicio de esta magnífica ruta. La circular prevista me deja cierto mal sabor de boca ya que no conseguí realizarla del modo planeado, pero en breve regresaré para buscar esos nuevos senderos que me llevarán a conseguir mi preciso objetivo, una gran circular por el espectacular barranco de Guayadeque.



Montaña de Las Tierras







El Barranco de Guayadeque destaca por ser uno de los valles más verdes e impresionantes de la isla. Cactus, pitas, amapolas, palmeras, pinos canarios y almendros, así como más de 80 especies endémicas, crecen en abundancia en sus escarpadas laderas. Las ciudades vecinas, Ingenio y Agüimes, toman el agua del cauce de este barranco.
Este valle, que en tiempos prehistóricos fue el más poblado de la isla, alberga uno de los yacimientos funerarios prehispánicos más importantes, ya que enterraban a sus muertos en cuevas inaccesibles. Los antiguos guanches, los primeros habitantes de Canarias, usaron más tarde estas cuevas para vivir, para almacenar comida y como lugar donde celebraban ritos de fertilidad. En el siglo XIX, después de que los habitantes de la zona comenzaran a saquear las tumbas y a vender la mayoría de los objetos arqueológicos al Museo Canario de Las Palmas, se designó el barranco como reserva natural, para protegerla de mayores destrozos.
Recorro la pequeña circular por las Casas Cueva:









Ya en coche regresando a Agüimes (carretera GC103), disfrutamos de otras casas cueva que literalmente cuelgan y se hunden en las inmensas paredes del barranco de Guayadeque.



Paseando por el precioso pueblo de Agüimes:







Iglesia de San Sebastián (Agüimes):
La parroquia matriz de San Sebastián o de la villa de Agüimes, en la provincia de Las Palmas, es una valiosa muestra de lo que significó en el archipiélago canario la corriente artística del estilo neoclásico. Se trata de una iglesia de tres naves, con bóvedas de medio cañón separadas por columnas toscanas y arcos de medio punto. En el crucero, sobre los arcos torales y pechinas, se levanta el cimborrio, elegantísimo y único en Canarias, con doce ventanales en el tambor.





Enlace a la ruta: Guayadeque 2