Verse al límite te desconecta de todo aquello que no sea sobrevivir, te aviva todos los mecanismos y recursos disponibles agudizando el ingenio, tu vida gira entorno a lo único que importa, aferrarse a la vertical roca y salir vivo de ella. Antes de adentrarse en este indescriptible mundo de adrenalina y emociones es necesario una preparación exhaustiva, una preparación técnica unida a todo tipo de artilugios que te permitan la máxima seguridad en cualquier tipo de barrancos y verticales; antes de sumergirme en solitario hice innumerables barrancos al lado de verdaderos profesionales, de los cuales, poco a poco, iba aprendiendo todo tipo de técnicas y recursos para equipar grandes paredes, así como superar posibles problemas que fácilmente pueden aparecer a lo largo del camino.
El barranquismo es un proceso ante el cual no hemos de tener prisa, cada barranco te va enseñando, y prestando mucha atención y poniendo verdadero interés al lado de los mejores nos vamos formando, hasta que llega ese día en el cual, con pies de plomo, sentido común, serenidad, dominando un extenso y básico conocimiento técnico, y poseyendo los mejores artilugios del mercado, nos sumergimos en solitario liderando nuestro primer barranco.
Iniciamos nuestro recorrido en Ifonche, me dispongo a superar la parte superior del barranco del Rey, a nuestras espaldas el afilado roque de Imoque. El Rey siempre será como ese primer gran amor, mi primera vertical al lado de mi amiga y pareja de barrancos, mi Melly.




El sector superior del Barranco del Rey esta compuesto por dos verticales, una primera de unos treinta metros y una segunda gran vertical que roza los 80 metros, la cual se fracciona en dos largos.







La última vertical vista desde abajo es impresionante…








La primera vez que realicé el Rey lo hice al lado de mi amigo y gran profesional Guille, en esta publicación mezclo fotografías de esas dos jornadas por el Barranco del Rey.





La cercanía del Roque Imoque nos anima a coronarlo una vez más, las panorámicas en 360 grados desde su cúspide son indescriptibles, desde sus 1.108 metros disfrutamos de los enormes surcos que la erosión y los siglos rasgaron a una isla de Tenerife salvaje y vertical, El Rey a nuestros pies surca la tierra esquivando el colosal Roque del Conde hasta alcanzar el océano a través de la turística localidad de Las Américas, dividiendo los municipios sureños de Arona y Adeje.




GR131 – Camino de Suarez



Cima del roque de Imoque

Cima del roque de Imoque

Cima del roque de Imoque


Cima del Roque de Imoque



Renunciar a mi pasión es como desgarrar con mis uñas una parte viva de mi corazón…