Esta noche como todas las noches voy a reposar mi fatigado cuerpo en el vetusto desván de mis recuerdos y a desandar mis pasos por el tiempo…



Nunca una descripción fue tan acertada a la hora de dar nombre a una grieta; barranco que al igual que un imaginario cofre atesora una extraordinaria riqueza, Gran Canaria supo ocultar entre sus infinitos desfiladeros y montañas un cofre en cuyo interior hayamos uno de los tesoros más impresionantes de la isla, una naturaleza tortuosa, virgen y extrema cuya arquitectura fue diseñada por el agua y la erosión, una milenaria y faraónica obra de arte que un agresivo cauce en ciclo eterno supo englobar los diferentes oficios artesanos en torno a la piedra; hizo de cabuquero, de entallador, de cantero o picapedrero, de tallista o labrante, labró y dio forma a la roca construyendo a lo largo de los siglos este espectacular cañón acuático; el agua!, maestro indiscutible de un oficio milenario: la cantería. Un cofre abierto al mundo donde supimos hallar el mayor de los tesoros: el recuerdo eterno de una ruta pintada a través de estas impresionantes fotografías y la compañía inolvidable de mis dos amigos Babo y Guille.
Origen de la ruta: carretera GC606

Muy cerca del pequeño pueblo de El Carrizal aparcamos el coche en una de sus incontables curvas, apartadero de la sinuosa y estrechísima carretera GC606 desde la cual iniciamos nuestra aventura circular. En un vertical descenso alcanzamos el encajado y profundo barranco de Tejeda, una vez en el cauce de Tejeda, donde como largas lanzas reinan los cañizos, descenderemos durante un buen trecho a través del mismo cauce hasta encontrar un casi desdibujado sendero que nos ascenderá hasta la cumbre opuesta para nuevamente descender, abandonando de este modo y definitivamente el barranco de Tejeda y, alcanzar al fin, uno de sus innumerables afluentes: El Cofre, afluente de unos 3 kilómetros que nos conectará nuevamente con el final del barranco de Tejeda, uniéndose y muriendo ambos, El Cofre y Tejeda, en el extenso embalse de Siberio. Una aproximación dura y exigente que nos llevará dos horas y media con un buen ritmo de paso hasta alcanzar la cabecera del barranco de El Cofre.
GC606 y barranco de Tejeda



El Carrizal
El pueblo de El Carrizal que se eleva muy cerca de la Degollada Honda, adquiere tal apodo o topónimo en referencia a la existencia de su multitud de carrizos – la caña común (Arundo donax) -. El Carrizal es el típico caserío tradicional canario de escasas casas que prácticamente cuelga de los riscos. A este encantador caserío se llega por la carretera GC606, carretera que comunica y une otras dos carreteras de montaña: la GC210 (conocida también como la carretera de Las Presas) y la GC60. Nosotros accedimos a nuestro punto de partida desde la GC60 ya que el día anterior decidimos reunirnos todos a las 7.00 horas en el pueblo de Ayacata para afrontar la dura aproximación hasta la cabecera de El Cofre con un buen margen de tiempo. La ruta al completo nos llevaría 9 horas.

De camino al origen de nuestra aventura pasamos por el pueblo de El Toscón donde se eleva el roque Palmés, menos popular, pero de similar belleza que el Roque Nublo o el Roque Bentayga, también apodado y conocido como Risco Palmés. Se eleva hasta una cota de 1.100 metros de altitud sobre el nivel del mar y hace de frontera entre los caseríos de El Toscón y Taiguy. Los vecinos de estos pagos cuentan que este risco realizaba las funciones de un auténtico “reloj de sol”, ya que la sombra arrojada por las silueta del Roque indicaba perfectamente la posición del sol en su tránsito diurno.
Roque Palmés




Iniciamos el vertical descenso al cauce y barranco de Tejeda…














Cambiamos de barranco una vez salvadas ambas laderas de Tejeda, entramos en el Parque Natural de Inagua, el barranco de El Cofre lo divisamos a lo lejos desde la cresta montañosa que separa ambos valles, Tejeda y El Cofre.
El Cofre






Toca equiparse. 4 horas de barranco hasta alcanzar el embalse de Siberio.





























Salida – Embalse de Siberio
Toca remontar el barranco de Tejeda hasta conectar de nuevo con el sendero que nos devolverá a la carretera GC606. 2 horas en las cuales tuvimos que batallar contra unos cañizos y afilados juncos, que al igual que lanzas, nos frenaban el paso de un modo angustioso, tras un arduo avance abandonamos al fin el cauce de Tejeda para afrontar de nuevo, esta vez de subida, el mismo sendero que nos bajó, cerrando así tras 9 horas de ruta esta magnífica ruta circular.


Barranco de Tejeda




















GC-606 – El Carrizal


Cada paisaje tiene su historia: esa que leemos, esa que soñamos, esa que creamos…


Ahí donde está tú corazón está tú tesoro…
Isla de Gran Canaria

Miro hacia atrás y soy consciente de que estoy inventando incluso los más mínimos detalles. El obrar de la memoria queda a buen recaudo respaldado por una fotografía que no miente.
El obrar de la memoria
No creo que retengamos detalles, y si lo hacemos los corregimos, censuramos y adornamos hasta tal punto que constituyen algo totalmente nuevo, el sueño de un sueño, en el que el original queda transfigurado, al igual que el sueño transfigura la experiencia de estar despierto.