El «Patriarca del Teide» – Parque Nacional del Teide – Tenerife

Cerca de las Minas de San José existe un antiquísimo cedro, el último de su especie, majestuoso, tortuoso, retorcido por el tiempo, un superviviente nato de las durísimas condiciones climatológicas a las que esta expuesto: una altitud de 2.300 metros, insolación, amplitud térmica y escasez de humedad; se le apoda el «Patriarca del Teide«.

Protegido por ley desde hace décadas por el cabildo insular de Tenerife, el cedro de Montaña Rajada es un ejemplo claro de la «teoría del caos», pequeñas variaciones iniciales pueden implicar grandes diferencias en el comportamiento futuro.

El Parque Nacional del Teide estaba repleto de hermosos cedros, muchas décadas atrás existía el pastoreo y con el los cuervos (omnívoros) que se alimentaban de la carroña y de los frutos rojizos que al final de cada verano los cedros producían, desaparecido el pastoreo desapareció la carroña y se extinguieron los cuervos; los frutos de los cedros tras el paso por el tracto digestivo y debido a la acción de los ácidos gástricos originaban semillas listas para germinar. Este proceso se rompió con la llegada de nuevos tiempos y nuevas costumbres. Se cree actualmente que el cedro se recupera gracias a un ave migratoria no endémica apodada: Mirlo Capiblanco, algo que tiene a la comunidad científica confusa, perdida y maravillada. Que curiosa y sabia es la naturaleza, esta claro que es ella quien decide y no nosotros.

Desviándome del tema, el mismo cabildo que quiere proteger a toda costa el Patriarca del Teide, fue quien introdujo décadas atrás al Muflón con fines cinegéticos (caza), una especie de cabra ajena a Tenerife que está poniendo en grave peligro la flora endémica del parque que el mismo Cabildo quiere proteger, ya que se alimenta de retamares, codesares, cardo de plata, violeta del Teide y un largo listado de otras especies vegetales endémicas. Ahora quiere erradicarlo cerrando de vez en cuando ciertos sectores del Parque Nacional para que cazadores lo exterminen.

Cada vez que el hombre quiere proteger a la naturaleza intentando controlarla, mejorarla, lo único que hace es perjudicarla. La única tarea realmente vital es que sea protegida del único animal en verdad nocivo para ella: el ser humano. «El hombre es un lobo para el hombre», una triste realidad que llevamos viviendo durante milenios.

Hombre y naturaleza evolucionan y a de ser en comunión, es lícito que el pastoreo termine o se vea reducido por otras formas de producción, siempre y cuando se creen alternativas económicas para este primario sector ganadero y se respete al mismo tiempo el ecosistema, quizás los cedros debían desaparecer como lo hicieron los dinosaurios, pero lo que si no tenemos que hacer es cerrar senderos con escusas de que son peligrosos, convertir barrancos en negocios, construir teleféricos, introducir especias ajenas al entorno; prohibirnos caminar por espacios que en antaño no conocían de normativas y leyes, y que sin leyes, estaban limpios y bien conservados, no conlleva a nada; volvemos a lo mismo de siempre: invertir en concienciación, en civismo, en educación, y aquí sí, invertir en personal de vigilancia y en crear leyes que castiguen de verdad a aquellos que ensucien y dañen un patrimonio único que es de todos nosotros.

Fotografías

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El «Patriarca del Teide» – P.N. del Teide – Tenerife
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El «Patriarca del Teide» – P.N. del Teide – Tenerife
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El «Patriarca del Teide» – P.N. del Teide – Tenerife
Minas de San José - El
Minas de San José – El «Patriarca del Teide» – P.N. del Teide – Tenerife

Dejemos que la naturaleza actúe por si misma; ella conoce su oficio mejor que nosotros.

El Patriarca del Teide - Teide
El Patriarca del Teide – Teide

Ciertas personas, en el afán de querer construir un mundo donde ninguna amenaza externa pueda penetrar, aumentan exageradamente sus defensas contra el exterior y dejan su interior desguarnecido.

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