
Y la inmensidad se hizo presente…
Dejamos atrás la localidad turística de Morro Jable y en cuestión de un par de kilómetros, circulando por la Carretera Punta de Jandia (pista de tierra), nos encontramos con el barranco de Gran Valle, puerta de entrada al valle de Cofete…

Fuerteventura

Inicio del sendero a Cofete
Gran Valle
Soledad, silencio, libertad, viento, paz, armonía, vacío, naturaleza extrema en estado puro…









El filo de Jandía abarca 32 kilómetros de Este a Oeste, hacia el sur presenta unos relieves relativamente suaves, hacia el Norte configura una auténtica muralla vertical dentada que va desde los 200 a los 800 metros de altura asemejándose a una gran cola de dragón. Se trata de un conjunto montañoso formado por la superposición de miles y miles de coladas de lava del estratovolcán de Jandía, un macro volcán formado por sucesivas e intermitentes emisiones de magma, un volcán que en su día alcanzó una altura similar a la del pico del Teide, pero 15 millones de años dan para mucha erosión, sin contar algún que otro cataclismo, factores que fueron hundiendo el edificio volcánico milenio tras milenio. Fuerteventura se formó a partir de tres estratovolcanes en hilera, primero el Central o de Gran Tarajal, luego el de Jandía, al Sur y después el de Tétir, al Norte; el central se desplomó hacia el Oeste. En las fotografías se puede ver perfectamente la estratificación de las coladas.




Cofete
Tras el estrecho paso por la degollada, cambiamos de valle, dejamos la costa Este de Jandía para adentrarnos en uno de los valles más espectaculares de la isla de Fuerteventura, el valle de Cofete, un Oeste cuyas playas se pierden en el horizonte a lo largo de 12 kilómetros, un Oeste salvaje y solitario donde la inmensidad es la protagonista absoluta.







La Villa Winter es un edificio que ha dado pie a muchas leyendas. Su primer dueño, Gustav Winter, se decía que era un espía alemán y que la villa era un refugio para las tripulaciones de los submarinos nazis durante la Segunda Guerra Mundial, cosa poco probable ya que la casa se construyó después de la guerra, y los submarinos nazis se refugiaban sin secreto alguno en los puertos de Tenerife y Gran Canaria bajo la protección de España.
Casa Winter: click


















Playa de Cofete








Casa Winter



Cementerio de Cofete
En el antiguo cementerio se enterraban a los moradores del pueblo, 67 en su momento de máximo esplendor allá por el año 1860, la mayoría de veces sin rito cristiano oficial, pues para llegar hasta Cofete era necesario atravesar montes y barrancos por caminos pedregosos y de difícil acceso, aún hoy en día, la pista que llega hasta aquí es un auténtico handicap, toneladas de arena acumuladas por los constantes vientos que circulan sin freno alguno por este gran valle carente de barreras naturales, han ayudado a sepultar aún más estas tumbas situadas a ras de suelo, la única cruz que sobrevive a la vista es la de la entrada a este campo santo, un tétrico cementerio abandonado en uno de los lugares más escondidos e inhóspitos de la isla.

Cementerio de Cofete

Cementerio de Cofete

Cementerio de Cofete
Cofete

Los habitantes de Cofete se dedicaban a la agricultura y a la ganadería, pues esta zona da al Norte y las grandes montañas del macizo de Jandía atrapan las nubes, aportando la preciada humedad, sin embargo, en los años 40 del siglo XX, el mencionado Gustav Winter prohibió el cultivo en esta zona para beneficiar a Morro Jable.













Gran Valle






Entre la flora del entorno destaca el cardón de Jandía, una euforbia, no un cactus, la diferencia está en el látex que poseen las euforbias y no los cactus, plamta endémica de la península de Jandía.




