Mañana regreso una vez más a Barcelona; aviones, aeropuertos y aventuras se han convertido en algo que mi vida a normalizado; antes de regresar una vez más a mi ciudad natal, mi vista ya atisba mi próximo objetivo, Fuerteventura, pero antes de volar a Barcelona añado una ruta más por el Norte de la isla de Lanzarote, uniendo en una ruta lineal las localidades de Guinate y Haría a través del Macizo de Famara; trepidante y solitaria ruta por la parte más alta de la isla de Lanzarote siguiendo el histórico Camino de Gayo.
Archipiélago Chinijo desde el Mirador de Guinate:

Archipiélago Chinijo – Guinate
Los rayos del sol comienzan a colorear estas montañas de ensueño, Caleta de Sebo despertando un día más bajo la calma de un pacífico Atlántico que baña y da contorno a la segunda isla más antigua de las Canarias.
Al comienzo de la apertura del Atlántico, comenzaron las emisiones de lava sin aflorar a la superficie hasta hace unos 20 millones de años en la vecina Fuerteventura y 11 millones de años en la isla de Lanzarote.

Archipiélago Chinijo – Guinate

Archipiélago Chinijo – Guinate

Archipiélago Chinijo – Caleta de Sebo

Archipiélago Chinijo – Montaña Clara – Roque del Oeste
El Archipiélago Chinijo es un conjunto de pequeñas islas e islotes que se localizan al Norte de Lanzarote. Su nombre procede del vocablo lanzaroteño «Chinijo», que significa «pequeño», haciendo referencia al reducido tamaño de las islas que lo integran. Entre ellas destacan La Graciosa (en primer término) y Alegranza (situada justo detrás), así como los islotes de Roque del Oeste (también conocido como Roque del Infierno) y Roque del Este.
El conjunto de estas pequeñas islas alcanza las 19.270 hectáreas, que emergen sobre una plataforma que tiene aproximadamente 100 metros de profundidad media. Solamente La Graciosa se encuentra actualmente poblada, con aproximadamente 700 habitantes que siguen teniendo un vínculo directo con el mar, bien a través de la pesca o mediante el desarrollo de actividades vinculadas al turismo de naturaleza, respetuoso con los valores que se pretenden preservar en la isla.
La Graciosa comenzó su formación hace aproximadamente 45.000 años, manteniendo un periodo de continuidad eruptiva que se calcula entorno a 15.000 años. La actividad volcánica de La Graciosa dio lugar a los relieves que actualmente disfrutamos como parte singular de su paisaje. Entre ellos destacan el conjunto volcánico compuesto por las calderas de Aguja Grande y Aguja Chica, así como la Montaña del Mojón. Estos edificios volcánicos se alinean en el centro de la isla con una clara orientación Noreste Suroeste, representando los relieves más destacados de La Graciosa. En el extremo Suroeste de esta alineación volcánica se localiza, a orillas del Atlántico , Montaña Amarilla. Este espectacular volcán de colores ocre-amarillos, representa uno de los mejores ejemplos de hidrovolnanismo que se pueden encontrar en Canarias. En ambientes litorales, como este, la interactuación del agua del mar con el magma que se emite a la superficie en erupciones costeras, permite el desarrollo de procesos únicos que otorgan a estos volcanes formas, materiales y tonalidades muy especiales. Por lo general se trata de erupciones muy explosivas que dan lugar a grandes edificios volcánicos de amplias bocas, cuyas laderas abarcan superficies mucho mayores que las que se suelen asociar al resto del volcanismo de Canarias.
Actualmente el Archipiélago Chinijo forma parte de la Red de Espacios Naturales Protegidos de Canarias (Reserva Natural Integral de Los Islotes y Parque Natural del Archipiélago Chinijo). En conjunto, sus aguas constituyen una de las Reservas Marinas más grande de la Unión Europea.
Inicio de la ruta, Guinate:


La Corona representa un perfecto ejemplo de las formas que adquieren los volcanes generados a partir de erupciones estrombolianas. Entre los muchos atractivos paisajísticos que pueden vincularse a esta erupción se encuentra su extenso campo de lavas, en cuyo interior se localiza el tubo volcánico más importante de Canarias, llegando a superar los 25 metros de diámetro y los 7,5 kilómetros de longitud, de los cuales 1,6 kilómetros se encuentran sumergidos actualmente bajo las aguas del Atlántico constituyendo el denominado Túnel de La Atlántida (fotografías que se encuentran en mi reciente publicación, el Volcán de La Corona: click)
El volcán de La Corona se encuentra constituido por un cono de piroclastos (cenizas, lapilli o rofe, bombas y escorias soldadas) cuyas dimensiones son mayores a las que presentan la mayoría de los conos volcánicos estrombolianos de Canarias. Su altura llega a alcanzar los 269 metros sobre la plataforma de Guatifay, teniendo su cráter un diámetros de medio kilómetro. Las grandes dimensiones de este volcán son en parte debidas a la gran cantidad de materiales volcánicos que se emitieron durante esta erupción.
Este cono presenta un pequeño rebaje que lo abre parcialmente hacia el Noreste, permitiendo la salida de lavas. Hacia el Este del cráter principal se abre una segunda boca eruptiva, que actuó de forma complementaria al cráter principal facilitando la salida de lavas desde la propia base del volcán.
Este conjunto volcánico forma parte del volcanismo subhistórico de Lanzarote, con edades inferiores a 700.000 años. La belleza paisajística de este volcán, sus valores geológicos, la biodiversidad que alberga, así como las importantes implicaciones que el mismo ha tenido a lo largo de la historia de Lanzarote, hicieron posible la declaración del Volcán y Malpaís de La Corona como Monumento Natural.
El volcán de La Corona es el más hermoso de la isla, en forma de tronco de cono de gran regularidad, el cual se eleva aislado y esbelto; tiene aspecto de majestuosidad y causa impresión de fortaleza, estabilidad y fiereza. Como por otra parte se eleva dominando todos los alrededores y verdaderamente coronando la isla, justifica perfectamente el bien escogido nombre de Corona que lleva la montaña.


Camino de Gayo
El camino de Gallo atraviesa parte destacada del macizo de Famara, mostrando un entorno de paisajes muy singulares, resultado de la compleja relación que mantienen en esta parte de la isla la actividad volcánica y los procesos erosivos. Se trata de un camino de marcados contrastes que mezcla alguno de los mejores ejemplos del volcanismo estromboliano de Lanzarote, con otros caracterizados por la presencia de grandes barrancos que se abren sobre el risco de Famara, permitiendo unas inmejorables vistas de la isla de La Graciosa y del resto de islotes que configuran el Archipiélago Chinijo. La presencia de actividades humanas es una constante en el paisaje. La disponibilidad de agua en la zona facilitó la consolidación de núcleos de población cercanos, así como la puesta en cultivo de una importante superficie agrícola que, en parte, hoy en día se mantiene en uso.


El macizo de Famara se configura como una península de forma alargada que se extiende de Noreste a Suroeste, desde Punta Fariones, en el extremo Norte de la isla, hasta el Morro del Hueso, muy próximo a Teguise.
El centro de Famara se caracteriza por el marcado vigor de sus relieves, coincidiendo con la zona de mayor altitud de Lanzarote (671 metros en las Peñas de Chache). La parte occidental del macizo se encuentra recorrida por un gran escarpe que, con alturas siempre superiores a los 300 metros, se dispone siguiendo una dirección de rumbo Noreste Suroeste.
Dentro de la diversidad de formas y rasgos geológicos que caracterizan al macizo de Famara, su zona central mantiene rasgos relativamente homogéneos, desde Gayo a Guatifay. Se trata de un sector en el que el escarpe de El Risco se hace cada vez más abrupto hacia el Sur. Sin embargo, hacia el Este, Famara se comporta a modo de rampa, surcada por amplios barrancos de fondo plano y vertientes suaves, que descienden gradualmente hasta alcanzar el mar.
En esta zona del macizo, las máximas cotas altitudinales se vinculan a la presencia de volcanes simples, como los de La Corona (605 metros) o la Montaña de Los Helechos (581 metros), a través de cuyas laderas se desarrolla esta ruta. Estos puntos forman parte de una cadena montañosa, constituida por edificios volcánicos, de planta circular o alargada, que se alinean con una clara orientación NE – SW. Estos volcanes adoptan una disposición prácticamente paralela al trazado del escarpe de El Risco. Además de La Corona y Los Helechos, los complejos volcánicos que se alinean en esta zona son los de La Quemada de Órzola (352 metros), La Cerca (449 metros) y La Quemada (563 metros).


Volcán de La Corona


Isla de La Graciosa


La Graciosa – Montaña Clara

Volcán de La Corona

Archipiélago Chinijo – isla de La Graciosa


Archipiélago Chinijo – isla de La Graciosa


Archipiélago Chinijo – isla de La Graciosa

Riscos de Famara
Entre los materiales volcánicos que constituyen el macizo de Famara se encuentran algunos de los más antiguos de Lanzarote, pudiendo llegar a alcanzar los 10,2 millones de años. La construcción del conjunto del macizo se produce durante un período de aproximadamente 6,3 millones de años, en los que la actividad volcánica se alternó con importantes episodios de calma eruptiva. Durante estos períodos de tiempo en los que no se producían erupciones, se desarrollaron en Famara procesos erosivos de relevancia, que permitieron el labrado de una antigua red de barrancos por la que se canalizaron los materiales volcánicos de las erupciones posteriores.
Aunque los materiales que forman parte de este macizo son muy antiguos, puntualmente aparecen conos volcánicos recientes que interfieren de forma local en los rasgos generales del relieve, aportando nuevos materiales y formas que condicionan la erosión y rejuvenecen notablemente el relieve de estos sectores de Famara. Este es el caso de volcanes como La Corona o Los Helechos, cuya erupción supuso una modificación sustancial del relieve de la zona, generando nuevas formas que constituyen la esencia del paisaje actual.

Macizo de Famara

Macizo de Famara
Las fuentes de Gayo

A modo de pequeños pozos al margen del camino, las Fuentes de Gayo surtieron de agua potable a buena parte de las familias campesinas de Haría, Guinate y Máguez. La utilización de agua procedente de estas pequeñas cavidades permaneció en el tiempo hasta la puesta en funcionamiento de las primeras desaladoras de la isla. Los orígenes históricos de estas fuentes se prolongan en el tiempo más allá de la conquista de Lanzarote. Tradicionalmente, el acondicionamiento de estas fuentes y su uso se remonta a Los Majos, pobladores de estas tierras antes de la llegada normanda. Fue la necesidad de obtener un bien tan escaso como el agua potable lo que propició desde tiempo inmemorial la búsqueda de este tipo de nacientes. Su presencia en la isla no fue nunca numerosa y su localización siempre ha tenido una vinculación directa con los rasgos geológicos del terreno en el que se sitúan. En el caso de estas fuentes existe una confluencia de factores de tipo geológico y orográfico que justifican su localización. De una parte, la altura que alcanza el macizo de Famara facilita un aporte hídrico considerable, fruto de la presencia de los vientos húmedos Alisios en este sector de Haría. Buena parte del año, estos vientos bañan sus cumbres a modo de nubes densas cargadas de humedad, que queda condensada en el suelo, a través del cual se infiltra hacia capas más profundas. Por otra parte, la presencia de los volcanes de Los Helechos, genera en este sector una rampa inclinada hacia el Oeste, relativamente impermeable en profundidad, lo que facilita el discurrir de las aguas hacia el lugar en el que hoy se sitúan estos pozos.




Volcán de La Corona




Guinate

Archipiélago Chinijo

Archipiélago Chinijo

Archipiélago Chinijo

Los Lomos de Gayo
Este es un lugar relativamente llano, construida a partir de los materiales emitidos desde varios cráteres próximos. Los Helechos, La Caldera o la Quemada de Máguez, son los principales volcanes a partir de los cuales se generan las lavas y los piroclastos que rellenaron esta parte de los viejos relieves del macizo de Famara. Las formas resultantes alcanzan actualmente una altitud de aproximadamente 540 metros sobre el nivel del mar, altitud suficiente como para facilitar los aportes de humedad generados a partir de la nubosidad vinculada a los vientos alisios. La altitud a la que se sitúan estas nubes es variable a lo largo del año, por lo que este aporte de humedad no puede considerarse constante. Sin embargo, en la pequeña meseta de Gayo, la presencia de cultivos ha sido constante de siempre. La utilización de enarenados de rofe (piroclasto muy poroso) para conservar la humedad del suelo, ha permitido el mantenimiento de este espacio agrícola tradicionalmente en régimen de secano. Entre los cultivos más importantes de la zona destacan la papa y el millo (maíz), aunque dependiendo de la época del año, es posible encontrar en los márgenes del camino cultivos de distintos tipos de leguminosas y algunas verduras. Las condiciones climáticas de este espacio agrícola, en el que los aportes de humedad resultan mayores que en el de los valles de su entorno, permitió la obtención de cosechas fuera de época que suponían un aporte de alimentos básico para muchas familias de la zona.

Los Lomos de Gallo

Los Lomos de Gallo

Los Lomos de Gallo

Caleta de Sebo – La Graciosa

La Corona

Caleta de Sebo – La Graciosa


Peñas de Chache – Los Lomos de Gaya







Abandonamos el filo del macizo de Famara y comenzamos un sinuoso sendero en fuerte bajada que nos llevará directos a nuestra meta, la localidad de Haría, finalizando nuestra espectacular ruta de hoy.






Haría








Haría, el pueblo de las diez mil palmeras…
Antes de coger un taxi que me devuelva a Guinate, origen de mi ruta, disfruto de un café en uno de los numerosos bares de esta preciosa localidad lanzaroteña.