La Gomera – Islas Canarias (1ª parte)

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Pitágoras, cuando era preguntado sobre qué era el tiempo, respondía que era el alma de este mundo…

En algunos días del año, el sol juega de manera especial con las cumbres y las grietas. La luz describe pasos escondidos penetrando en lugares recónditos alumbrando, sólo por unos instantes, rincones que permanecen en la penumbra desde el inicio de los tiempos. El espectáculo de luces y sombras domesticadas se repite en los mismos lugares; durante los mismos días; a las mismas horas. Excepcionalidad que se produce en fechas tan señaladas como los equinoccios y los solsticios. Eventos astronómicos que señalan la llegada de las estaciones; la proximidad de las lluvias; la cercanía del calor o el acortamiento de los días y las pocas jornadas de frío.

Tiempo. Esa es la clave. El control del paso del tiempo es una constante para las sociedades que ponen todas sus esperanzas de supervivencia en lo que la tierra da. Tiempos de abrir surcos en los bancales; tiempos de hundir las semillas entre los terrones de tierra negra; tiempos de limpiar las acequias; tiempos de hacer llegar hasta los campos el agua que preñe la tierra; tiempos de recoger el fruto de meses de trabajo. Tiempo, al fin y al cabo.

Las estrellas y las montañas tuvieron un significado espiritual y simbólico que sobrepasaba lo geográfico; ante nosotros tres objetivos, tres cumbres que en antaño, en épocas anteriores a la conquista castellana, marcaron espacios sagrados desde los cuales comunicarse con los Dioses: Cano, Agando y La Fortaleza de Chipude (Argoday); rituales que implicaban sacrificios de sangre; antiguas piras y huesos aun se sostienen al paso de los siglos en esas casi inexpugnables cimas, el cómo subieron es un enigma ante unos muros afilados que te obligan a escalar, suponemos que construyeron escaleras, o apoyaron largos troncos, antiguas ferratas naturales para conquistar estas escarpadas paredes donde los senderos perecen en lo vertical…

El sol, la vida y la muerte. Una constante que se repite en esta geografía laberíntica y compleja que atesora el pasar de nuestras vidas…

Domingo, 6 de Mayo del 2018

Barcelona (T1) – Tenerife Norte (Los Rodeos)

Salimos de Barcelona a primera hora de la tarde para aterrizar una vez más en ese Archipiélago que tantas emociones me ha ofrecido, islas de interminables caminos y paisajes; 10 años han pasado desde aquella primera vez que pisé estas tierras de fuego y sal. Tras un vuelo directo con la compañía Vueling alcanzamos Los Rodeos, aeropuerto del Norte de Tenerife; tras recuperar el equipaje facturado y alquilar una vez más en Autoreisen el coche que nos hará también de casa, nos dirigimos sin pausa al Sur de la isla, Los Cristianos, donde cenaremos y haremos noche; en escasas horas embarcaremos en el primer ARMAS de la mañana para saltar a La Gomera. Con la mirada puesta en la meteorología de mañana Lunes ya visualizamos nuestro primer objetivo: hacer cima en el roque Cano.

7 de Mayo del 2018

Tenerife Sur – Los Cristianos (Naviera ARMAS) – San Sebastian de La Gomera

Tras un rápido desayuno en las inmediaciones del puerto de Los Cristianos nos dirigimos a las oficinas de la naviera para hacer el checking y ponernos a la cola a la espera del embarque, tras 45 minutos de crucero desembarcamos y nos dirigimos hacia Vallehermoso haciendo alguna que otra parada en los innumerables miradores que la carretera ofrece, nunca deja de maravillarme la naturaleza de esta isla, abrupta, escarpada, vertical, masiva!.

Los Cristianos - Roque del Conde - Tenerife Sur - Naviera ARMAS

Los Cristianos – Roque del Conde – Tenerife Sur
Naviera ARMAS

Puerto de Los Cristianos - Tenerife Sur

Puerto de Los Cristianos – Tenerife Sur

Puerto de Los Cristianos - Naviera ARMAS - Tenerife Sur

Puerto de Los Cristianos – Naviera ARMAS – Tenerife Sur

Puerto de Los Cristianos - Tenerife Sur

Puerto de Los Cristianos – Tenerife Sur

Los Cristianos - Naviera ARMAS - Tenerife

Los Cristianos – Naviera ARMAS – Tenerife

Dejamos atrás los grandes roques del Sur de Tenerife, enormes roques cuyas cimas ya hemos conquistado: Conde, Imoque, Brezos…

San Sebastián de La Gomera – isla de La Gomera

San Sebastián de La Gomera - Naviera ARMAS - La Gomera

San Sebastián de La Gomera – Naviera ARMAS – La Gomera

Ya en la capital de la isla Gomera, tomamos la carretera en dirección a Hermigua hasta entrar en el pueblo de Vallehermoso donde se alza poderoso un bastión de roca que domina todo el valle: el Roque Cano.

La Gomera

La Gomera

La Gomera - Roque Agando

La Gomera – Roque Agando

Chejelipes - La Gomera

Chejelipes – La Gomera

Hermigua - La Gomera

Hermigua – La Gomera

Hermigua - La Gomera

Hermigua – La Gomera

Hermigua - La Gomera

Hermigua – La Gomera

Tras una hora de recorrido desde el puerto y capital de la isla, San Sebastián de La Gomera, alcanzamos la plaza del pueblo de Vallehermoso.

11:00 horas

Vallehermoso – Roque Cano

Roque Cano - Vallehermoso - La Gomera

Roque Cano – Vallehermoso – La Gomera

Tras encontrarnos en la plaza principal de Vallehermoso con nuestro guía y amigo Javi preparamos todo el material necesario para la escalada al Cano, antes de iniciar la aproximación a la base del Cano tomamos un café en la misma plaza del pueblo bajo la vista constante de esa mole de piedra por la cual estamos aquí; las dimensiones conforme nos vamos acercando a sus inexpugnables paredes impresionan, el Cano es un roque que te obliga a escalar, la vía que utilizaremos será La Normal, vía que se encuentra en la cara Sur del domo, un primer largo 5c nos adentrará en esta mole de lava hasta conquistar su afilada cima, 250 metros de escalada hasta alcanzar su cénit.

Vallehermoso - Roque Cano - La Gomera

Vallehermoso – Roque Cano – La Gomera

Roque Cano - La Gomera

Roque Cano – La Gomera

La fotografía es una lucha. El enemigo es el tiempo y vences cuando consigues congelarlo en el momento adecuado, evitando que algo que habla de ti y de lo que está pasando muera y desaparezca para siempre.

Vallehermoso - Roque Cano - La Gomera

Vallehermoso – Roque Cano – La Gomera

Vallehermoso - Roque Cano - La Gomera

Vallehermoso – Roque Cano – La Gomera

Vallehermoso - Roque Cano - La Gomera

Vallehermoso – Roque Cano – La Gomera

Vallehermoso - Roque Cano - La Gomera

Vallehermoso – Roque Cano – La Gomera

Vallehermoso - Roque Cano - La Gomera

Vallehermoso – Roque Cano – La Gomera

Vallehermoso - Roque Cano - La Gomera

Vallehermoso – Roque Cano – La Gomera

Vallehermoso - Roque Cano - La Gomera

Vallehermoso – Roque Cano – La Gomera

Vallehermoso - Roque Cano - La Gomera

Vallehermoso – Roque Cano – La Gomera

Vallehermoso - Roque Cano - La Gomera

Vallehermoso – Roque Cano – La Gomera

Roque Cano - La Gomera

Roque Cano – La Gomera

Vallehermoso - Roque Cano - La Gomera

Vallehermoso – Roque Cano – La Gomera

Vallehermoso - Roque Cano - La Gomera

Vallehermoso – Roque Cano – La Gomera

Roque Cano - La Gomera

Roque Cano – La Gomera

Vallehermoso - Roque Cano - La Gomera

Vallehermoso – Roque Cano – La Gomera

Cima del Roque Cano

Vallehermoso - Roque Cano - La Gomera

Vallehermoso – Roque Cano – La Gomera

Roque Cano - La Gomera

Roque Cano – La Gomera

Roque Cano - La Gomera

Roque Cano – La Gomera

Vallehermoso - Roque Cano - La Gomera

Vallehermoso – Roque Cano – La Gomera

Libro de Cumbre

Vallehermoso - Roque Cano - La Gomera

Vallehermoso – Roque Cano – La Gomera

Vallehermoso - Roque Cano - La Gomera

Vallehermoso – Roque Cano – La Gomera

En otros tiempos Achaman vivía solo y moraba en las montañas más altas, un día se detuvo en la sima del Acano y todo le pareció perfecto, más pensó que debía compartir tanta belleza y decidió hacer a los Atlantes.

Así Achaman, después de mezclar abundante tierra y agua y formar una masa de barro, creó a los hombres y mujeres y les dio el ganado suficiente para que se alimentasen.

Pasaron miles de años y los Atlantes, rozando la perfección, dominaron la naturaleza y algunos hasta quisieron ser como el supremo, fue entonces cuando las sombras se apoderaron del mundo, cayeron olas de las nubes, sacudieron interminables temblores de tierra, se desbordaron los mares y la Atlántida se hundió bajo las aguas. Solo los guanches que huyeron hacia las cimas de los montes más altos lograron sobrevivir a la desaparición del mundo y fueron los únicos pobladores sobre la tierra que quedó, una tierra en forma de siete puntas sobre el Atlántico.

Por entonces y en una de aquellas peñas de basalto, llamada Gomera, había un reino muy considerado, con hombres de gran valor, sentimientos puros, sinceros, valientes y dueños de su libertad, era el reino de Agana, fértil valle donde se elevaban dos majestuosos roques y en cuyas simas moraban los dioses del bien y del mal.

El dios del bien llamado Oraján que moraba en la cima del Acano como rey de los roques, el otro rey del mal llamado Hirguan que habitaba en la del Paterna. Este último siempre envidioso, odiaba a su vecino por su reinado, elegancia y servicio como marcador del tiempo.

En el transcurrir de los siglos, solo le preparaba aquelarres, ritos y cantos maléficos, para acabar con su reinado y aquel cariño que el valle le rendía.

Una noche coincidiendo con el solsticio de verano, Hirguan, Dios del mal, por boca del Paterna, rugió y la tierra tembló, desde lo alto de Taboya hasta las lomas de Tamargada y desde los fondos de Chijeré hasta los montes de Macayo, mientras se oía……¡¡Ojalá se te caiga la corona!! Y la noche enrojeció, la tierra se abrió por todas partes y aquella maravillosa corona que cubría el Acano se resquebrajó cayendo por todos lados y en pedazos que cubrieron las laderas hasta el fondo del barranco.

Todo pareció el fin, hasta que se oyó la voz pausada y firme de Oraján por boca del Acano, ¡¡El odio que sientes hacia mí, lo recibas en tu propia carne!! Y sin temblores, ni rayos, ni más ruidos que los de sus restos al caer, el Paterna desapareció para siempre.

Allí yacen sus restos para ejemplo de los aborígenes de Agana que vieron la enseñanza y durante siglos y siglos nunca nadie envidió a su vecino, todo hasta que llegaron los Europeos y aquello empezó a cambiar, ¿Tal vez deba temblar la tierra nuevamente?

Vallehermoso - Roque Cano - La Gomera

Vallehermoso – Roque Cano – La Gomera

Vallehermoso - Roque Cano - La Gomera

Vallehermoso – Roque Cano – La Gomera

Vallehermoso - Roque Cano - La Gomera

Vallehermoso – Roque Cano – La Gomera

Vallehermoso - Roque Cano - La Gomera

Vallehermoso – Roque Cano – La Gomera

Vallehermoso - Roque Cano - La Gomera

Vallehermoso – Roque Cano – La Gomera

Vallehermoso - Roque Cano - La Gomera

Vallehermoso – Roque Cano – La Gomera

Vallehermoso - Roque Cano - La Gomera

Vallehermoso – Roque Cano – La Gomera

Vallehermoso - Roque Cano - La Gomera

Vallehermoso – Roque Cano – La Gomera

Vallehermoso - Roque Cano - La Gomera

Vallehermoso – Roque Cano – La Gomera

Nos despedimos de Javi hasta el día siguiente, un Martes que se presentará muy frío y ventoso, atacando nuestro segundo objetivo de este viaje, la cumbre del Roque Agando. Quedamos en encontrarnos en el mismo mirador de Agando a las 9:30 horas. La meteorología se iba a presentar más complicada de lo previsto, endureciendo ya de por si una escalada compleja, mucha más dura que la del roque Cano.

Playa de La Cueva – San Sebastián de La Gomera

Playa de La Cueva - San Sebastián de La Gomera

Playa de La Cueva – San Sebastián de La Gomera

Tras un buen baño y ducha nos vamos a pasear por las idílicas calles de San Sebastián de La Gomera, los colores de las fachadas, sus calles empedradas, su tranquilidad, te sumergen aún más en lo vivido en este primer día en la isla, un Cano todavía vivo en nuestras retinas nos acompañará en la cena, pescado fresco y quesos típicos de la isla en el tranquilo restaurante de El Pajar.

Torre del Conde - San Sebastián de La Gomera

Torre del Conde – San Sebastián de La Gomera

San Sebastián de La Gomera - La Gomera

San Sebastián de La Gomera – La Gomera

San Sebastián de La Gomera - La Gomera

San Sebastián de La Gomera – La Gomera

San Sebastián de La Gomera - La Gomera

San Sebastián de La Gomera – La Gomera

Martes, 8 de Mayo del 2018

9.30 horas

Roque Agando - La Gomera

Roque Agando – La Gomera

Roquedos increíbles, marcan la frontera de esa isla umbría y secreta que guarda aún más leyendas; aún más historias. Desde el Mirador de los Roques se pueden ver las mejores vistas sobre el Roque de Agando, una de las imágenes paradigmáticas de la isla y punto de inicio a nuestro segundo objetivo, coronar su cima. Cerca se encuentran otros tres gigantes de piedra: Ojila, la Zarcita y Carmona. Hoy sabemos que estos impresionantes roques son el resultado de antiguas coladas volcánicas que quedaron al aire tras millones de años de erosión; pero desde siempre fueron amantes petrificados, restos de antiguos dioses o trampolines hacia el sacrificio del suicidio de amantes y héroes. Pero también escenario de extrañas apariciones. Como sucede en el Roque Cano, en Vallehermoso…

Roque Agando - La Gomera

Roque Agando – La Gomera

El Hirguan es una especie de demonio mitad macho cabrío mitad humano, aunque los últimos testigos hablaban de una especie de perro de apariencia semi humana que camina a dos patas que hunde sus raíces en lo más profundo del pasado de la isla. Las primeras crónicas europeas hablan de la existencia de esta encarnación del mal que andaba por las alturas robando ganados y espantando a hombres y mujeres. Las últimas apariciones del Hirguan, figura que aparece con nombres parecidos en otros lugares de tradición bereber, se produjeron en tiempos recientes. Incluso aseguran que una pareja de turistas alemanes se las tuvo que ver con uno de estos seres fantásticos que se han perpetuado desde los tiempos anteriores a la cristianización de la isla.

Luces, espantos, brujas… Cómo las que se reunían en la Laguna Grande, en pleno corazón del Parque Nacional del Garajonay. Catorce piedras forman un círculo perfecto en el que otro bloque (el más grande de todos) señala su centro. Estamos en uno de los escasos descansos que se da el bosque en esta parte de la isla. Un claro en medio del tapiz en el que, según se cuenta, se reunían las más importantes brujas de La Gomera. Aún hoy, a los niños que se portan mal se los amenaza con dejarlos dentro de un saco en ‘La Laguna’. Muy cerca, en el Alto del Garajonay, otro círculo de piedra marca el lugar dónde los antiguos gomeros ofrecieron sus ofrendas a su dios antes de que llegaran Cristo y la Iglesia. Desde esta antigua ‘ara de sacrificio’, que nos recuerda al círculo de las brujas, se pueden ver espectaculares panorámicas sobre el pico de El Teide, en la vecina isla de Tenerife y, en días claros, pueden verse las cumbres de Gran Canaria. El techo de la isla – el Alto de Garajonay -, una vez coronado Agando y una vez visitado Laguna Grande lo omitimos, la cantidad de bruma atrapada en los altos gomeros nos hará proseguir marcha en dirección al siempre soleado Sur.

Laguna Grande – Garajonay

Los primeros metros del roque Agando permiten progresar con relativa facilidad, en breve, la verticalidad obligará a encordarse y escalar, un primer largo 6a nos sumergirá en este gigantesco esqueleto de lava.

Roque Agando - La Gomera

Roque Agando – La Gomera

Roque Agando - Garajonay - La Gomera

Roque Agando – Garajonay – La Gomera

Libro de Cumbre

Roque Agando - La Gomera

Roque Agando – La Gomera

Roque Agando - La Gomera

Roque Agando – La Gomera

Roque Agando - La Gomera

Roque Agando – La Gomera

Roque Agando - La Gomera

Roque Agando – La Gomera

Roque Agando - La Gomera

Roque Agando – La Gomera

Roque Agando - La Gomera

Roque Agando – La Gomera

Roque Agando - La Gomera

Roque Agando – La Gomera

Roque Agando - La Gomera

Roque Agando – La Gomera

Roque Agando - La Gomera

Roque Agando – La Gomera

Roque Agando - La Gomera

Roque Agando – La Gomera

Roque Agando - La Gomera

Roque Agando – La Gomera

La escalada al roque Agando esta regulada, es imprescindible solicitar el previo permiso al Cabildo de la Gomera, sin dicho permiso la sanción es fuerte y la vigilancia por parte de los agentes rurales es intensa.

Roque Agando - La Gomera

Roque Agando – La Gomera

Roque Agando

Roque Agando - La Gomera

Roque Agando – La Gomera

En el bar restaurante de la Degollada de Peraza nuestros caminos se separan, Javi regresa a su Tenerife natal y nosotros proseguimos nuestra aventura ya en solitario por estas inmensas e inagotables rutas gomeras; nuestro siguiente destino es coronar la cumbre de Argoday – La Fortaleza de Chipude -, de camino a Chipude paramos en el corazón del Parque Nacional de Garajonay para realizar una pequeña ruta circular por sus idílicos bosques encantados de laurisilva.

Laguna Grande – Parque Nacional de Garajonay

Laguna Grande - Garajonay - La Gomera

Laguna Grande – Garajonay – La Gomera

Laguna Grande - Garajonay - La Gomera

Laguna Grande – Garajonay – La Gomera

Laguna Grande - Garajonay - La Gomera

Laguna Grande – Garajonay – La Gomera

Laguna Grande - Garajonay - La Gomera

Laguna Grande – Garajonay – La Gomera

Laguna Grande - Garajonay - La Gomera

Laguna Grande – Garajonay – La Gomera

Laguna Grande - Garajonay - La Gomera

Laguna Grande – Garajonay – La Gomera

Tras dejar atrás Laguna Grande continuamos ruta en dirección a Chipude, donde, desde su vecino pueblo Pavón, iniciaremos el ascenso a La Fortaleza; desde el mirador de Igualero las vistas sobre La Fortaleza de Chipude son espectaculares. En breve alcanzaremos las casas de Pavón e iniciaremos un corto pero explosivo ascenso a su cima y meseta, los altos de Argoday nos abrirá unas panorámicas impresionantes del Sur de la isla, el gran surco de Erques se abre en la tierra en dirección a un Valle Gran Rey que será nuestra penúltima parada ante tan majestuosa jornada: cima al roque Agando, Laguna Grande y La Fortaleza de Chipude se mecerán a lo largo de una fría noche a pies del roque de Imada, un Imada que será el origen y final a nuestra última aventura antes de abandonar la isla y regresar a Tenerife, una circular que nos llevará a recorrer dos de los más poderosos barrancos gomeros: Benchijigua y Guarimiar.

Vistas desde el mirador de Igualero a La Fortaleza de Chipude (Argoday):

La Fortaleza de Chipude - Argoday - La Gomera

La Fortaleza de Chipude – Argoday – La Gomera

Garajonay - La Gomera

Garajonay – La Gomera

Pavón – La Fortaleza de Chipude (Argoday)

Pavón - Argoday - La Gomera

Pavón – Argoday – La Gomera

La Fortaleza de Chipude - Argoday - La Gomera

La Fortaleza de Chipude – Argoday – La Gomera

Pavón - Argoday - La Gomera

Pavón – Argoday – La Gomera

Pavón - Argoday - La Gomera

Pavón – Argoday – La Gomera

Miércoles 9 de Mayo del 2018, Imada y sus barrancos de Guarimiar y Benchijigua, antes de embarcar en el último ARMAS del día para regresar a la isla de Tenerife (Los Cristianos). Enlace a la 2ª parte: click

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