La Monja 2 – Teno – Tenerife

Recién aterrizado en el aeropuerto Norte de Los Rodeos me encuentro con una isla que se encuentra casi por entera inmersa en un severo temporal de viento, lluvia y frio; será en el parque rural de Teno, a la mañana siguiente, justo en uno de sus extremos más abruptos, donde una ventana meteorológica reaparecerá dando un respiro al turismo de la isla, y al igual que las vidrieras de una catedral, la luz del sol se canalizará disipando tímidamente un frio y una humedad que cala hasta lo indescriptible. Este indeciso sol es el preámbulo de un cambio de tiempo ante un temporal que lleva azotando desde hace días a todas las islas del Archipiélago Canario; densas nubes de tormenta, viento y lluvia, en breve, se verán derrotadas una vez más ante un poderoso sol y altas presiones, en esa eterna guerra meteorológica, que batalla tras batalla, libran con frecuencia las islas, donde todos los estados meteorológicos coexisten y se fusionan unos a otros dando lugar a unos parajes que en escasos kilómetros parecen incompatibles, donde densos bosques húmedos de laurisilva chocan con extensos desiertos de roca ante los cuales las diferentes capas marcadas por una altimetría que roza los 4.000 metros saben dibujar una multitud de paisajes intermedios. El paisaje de Teno Alto es muy variopinto y heterogéneo, y en esta vertiente de grandes surcos y verticales la alta vegetación escasea, siendo protagonistas los extensos prados abruptos que sirven de pasto a centenares de cabras, los kilométricos y ancestrales bancales que ganaban terreno horizontal donde poder cultivar, y las tágoras, muretes de piedra en forma de herradura donde cobijarse de un viento furioso y agresivo que no encuentra resistencia alguna de paso, tres elementos destacados que resisten y lideran en esta zona donde el intenso frio castiga a lo largo de los meses de otoño, invierno y primavera; Teno Alto se ubica en una mesa que roza los 1.000 metros de altitud, mesa o meseta encajada entre la frontera natural del acantilado de Los Gigantes y las coladas del edificio central insular. La quietud y el silencio que impera en esta meseta remarca una soledad solo rota por el crujir de nuestros pasos hacia esa grieta que nos llevará una vez más a desafiar una gravedad que solo Tenerife puede dar, los barrancos más potentes del mundo están aquí, verticales que te atrapan y te hacen regresar una y otra vez a estas tierras que dormitan ante la vorágine de este loco mundo actual.

Barranco de La Monja 2

La Monja 2 - Los Gigantes - Tenerife
La Monja 2 – Los Gigantes – Tenerife

Teno Alto

Tras dejar nuestro coche en la carretera que conecta Buenavista del Norte con Punta Teno, justo antes de llegar al corte, cogemos un taxi que nos subirá hasta el caserío de Teno Alto, inicio de nuestro recorrido. Casi una hora de coche nos lleva el alcanzar el origen de nuestra aventura y ruta de hoy. La difícil orografía de la isla hacen que las carreteras serpenteen en un sin fin de estrechas curvas, lo cual obliga a conducir despacio, alargando en tiempo los cortos trayectos que separan los diversos pueblos de Teno, en este caso Buenavista del Norte con Teno Alto. Una vez arriba y tras despedirnos del taxista ya solo queda encontrar la cabecera correcta, descender, y salir de un barranco apodado La Monja 2, una grieta muy poco frecuentada donde una precaria y casi asegurada oxidada instalación nos fuerza a llevar equipo de instalación.

Teno Alto - Los Gigantes - Tenerife
Teno Alto – Los Gigantes – Tenerife
Teno Alto - Los Gigantes - Tenerife
Teno Alto – Los Gigantes – Tenerife
Teno Alto - Los Gigantes - Tenerife
Teno Alto – Los Gigantes – Tenerife
Teno Alto - Los Gigantes - Tenerife
Teno Alto – Los Gigantes – Tenerife
Teno Alto - Los Gigantes - Tenerife
Teno Alto – Los Gigantes – Tenerife
Teno Alto - Los Gigantes - Tenerife
Teno Alto – Los Gigantes – Tenerife

Cabecera del barranco La Monja 2

La Monja 2 - Los Gigantes - Tenerife
La Monja 2 – Los Gigantes – Tenerife

Antes de sumergirnos en la grieta de la Monja 2 recorremos una de las numerosas lenguas que se abren hasta perecer en lo vertical del acantilado, intentando asegurar el tiro y la certera seguridad de que estamos en el barranco correcto, la similitud entre los barrancos que se abren en paralelo unos a otros, hacen que nos lo miremos con lupa para no confundirnos ante unas grietas casi gemelas en estética, porque una vez realizado el primer rápel ya no hay marcha atrás, y las verticales del cercano barranco de La Monja – no La Monja 2 – así como su única salida por mar nos llevaría a un error monumental, ya que las cuerdas irían muy justas en su último volado de 80 metros, y luego en la playa, el oleaje junto al frío del mar en esta época invernal, y la lejanía de las playas de Buenavista, nos haría imposible salir del acantilado, ni tan solo la cobertura telefónica nos daría opción de solicitar un barco.

La Monja 2 - Los Gigantes - Tenerife
La Monja 2 – Los Gigantes – Tenerife
La Monja 2 - Los Gigantes - Tenerife
La Monja 2 – Los Gigantes – Tenerife
La Monja 2 - Los Gigantes - Tenerife
La Monja 2 – Los Gigantes – Tenerife
La Monja 2 - Los Gigantes - Tenerife
La Monja 2 – Los Gigantes – Tenerife

Iniciamos el descenso vertiginoso hasta la lejana carretera de Punta Teno ya con la certeza de que estamos donde queremos estar, en el cauce de La Monja 2; el primer rápel lo afrontamos ayudados por una roca que nos permite anclar a ella un triple cordino y un mallón, material que abandonaremos, ya que los viejos parabolts que vemos están con un aspecto muy feo, oxidados y poco fiables. Antes de taladrar o instalar metal es mi consejo observar el medio natural, ya que muchas veces la propia naturaleza es más fiable y fuerte que un spit o un parabolt, evitando dañar la roca.

La Monja 2 - Los Gigantes - Tenerife
La Monja 2 – Los Gigantes – Tenerife
La Monja 2 - Los Gigantes - Tenerife
La Monja 2 – Los Gigantes – Tenerife
La Monja 2 - Los Gigantes - Tenerife
La Monja 2 – Los Gigantes – Tenerife
La Monja 2 - Los Gigantes - Tenerife
La Monja 2 – Los Gigantes – Tenerife
La Monja 2 - Los Gigantes - Tenerife
La Monja 2 – Los Gigantes – Tenerife

Llegados a la malla de acero que intenta frenar los frecuentes desprendimientos que sufre el acantilado protegiendo el paso de la carretera hasta el faro y Punta de Teno, afrontamos una vertical superior a los 150 metros, rápel que tendremos que fraccionar forzosamente últimando una estrategia que nos saque de aquí. La tremenda exposición nos agudiza los sentidos, máxima cautela y cierto temor ante lo que nos vamos a encontrar en la pared, un muro olvidado que nos hace prever una instalación precaria y oxidada.

La Monja 2 - Los Gigantes - Tenerife
La Monja 2 – Los Gigantes – Tenerife
La Monja 2 - Los Gigantes - Tenerife
La Monja 2 – Los Gigantes – Tenerife
La Monja 2 - Los Gigantes - Tenerife
La Monja 2 – Los Gigantes – Tenerife
La Monja 2 - Los Gigantes - Tenerife
La Monja 2 – Los Gigantes – Tenerife

En una cómoda repisa nos encontramos con una instalación bastante decente que nos permite recuperar cuerda y proseguir ya mucho más tranquilos, con la certera seguridad de que con un segundo largo ya alcanzaremos suelo, venciendo una vez más a un acantilado salvaje y gravitatorio.

La Monja 2 - Los Gigantes - Tenerife
La Monja 2 – Los Gigantes – Tenerife
La Monja 2 - Los Gigantes - Tenerife
La Monja 2 – Los Gigantes – Tenerife

Tras recoger cuerdas salimos nuevamente hasta la carretera TF445 bordeando la última malla de acero que protege la carretera, asfalto que recorreremos a lo largo de 2 kilómetros en dirección a Buenavista del Norte hasta recuperar nuestro coche, poniendo fin a otra aventura inolvidable en estas tierras atlánticas.

La Monja 2 - Los Gigantes - Tenerife
La Monja 2 – Los Gigantes – Tenerife
La Monja 2 - Los Gigantes - Tenerife
La Monja 2 – Los Gigantes – Tenerife

La altura de las paredes realmente impresionan, observándolas desde la carretera la vista se pierde en una roca que no parece tener fin, Los Gigantes es un nombre acorde con la magnitud de estos muros que acongojan la mirada.

La Monja 2 - Los Gigantes - Tenerife
La Monja 2 – Los Gigantes – Tenerife
La Monja 2 - Los Gigantes - Tenerife
La Monja 2 – Los Gigantes – Tenerife
La Monja 2 - Los Gigantes - Tenerife
La Monja 2 – Los Gigantes – Tenerife
La Monja 2 - Los Gigantes - Tenerife
La Monja 2 – Los Gigantes – Tenerife
La Monja 2 - Los Gigantes - Tenerife
La Monja 2 – Los Gigantes – Tenerife
La Monja 2 - Los Gigantes - Tenerife
La Monja 2 – Los Gigantes – Tenerife
La Monja 2 - Los Gigantes - Tenerife
La Monja 2 – Los Gigantes – Tenerife

Buenavista del Norte

La Monja 2 - Los Gigantes - Tenerife
La Monja 2 – Los Gigantes – Tenerife
La Monja 2 - Los Gigantes - Tenerife
La Monja 2 – Los Gigantes – Tenerife
La Monja 2 - Los Gigantes - Tenerife
La Monja 2 – Los Gigantes – Tenerife
La Monja 2 - Los Gigantes - Tenerife
La Monja 2 – Los Gigantes – Tenerife
Ajoque - Los Gigantes - Tenerife
Ajoque – Los Gigantes – Tenerife
Teno - Los Gigantes - Tenerife
Teno – Los Gigantes – Tenerife

Me cuesta bajar el poema del aire, allí donde me hundo con el plumaje vertical de las palabras. Rozando el infierno y el invierno el poema es un dios de pies ligeros apaleado por las inmensas murallas de Los Gigantes.

Carlos

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