Islas Canarias, tierra de gigantes, islas de tales proporciones que nunca dejan de intimidar; desde el mar, las islas muestran todo su potencial, auténticas moles de lava rompen como puntas de lanza un cielo infinito, lavas enfriadas y compactadas por un Atlántico que las vio nacer, aguas de un Atlántico que las enfría y retiene hasta un nuevo y futuro despertar.
La isla de Tenerife es una colosal fortaleza, el pico del Teide, al igual que un castillo, esta protegido por inmensas e innumerables murallas de piedra, extensos fosos y afilados torreones, defensas naturales que lo convierten en un bastión casi inexpugnable, muros como el Circo de Las Cañadas, Cho Marcial o Pico del Valle, Los Gigantes, Anaga y otros tantos, pero es en la dorsal de Pedro Gil donde nace el profundo barranco de Las Gambuesas, un barranco que nace rozando los 2.000 metros de altitud, un profundo surco que se abre en la tierra buscando incesantemente morir en el mar, y de ahí sus innumerables saltos y caídas verticales, caídas que se pierden en los profundos abismos de un barranco, que en sus escasos 3 kilómetros, nos desciende hasta los 500 metros de altitud, alcanzando la localidad de Arafo, generando un acumulado total de 1.500 metros de interminable descenso; metales al rojo vivo, cuerdas humeantes y ennegrecidas ante una interminable fricción que nos mantiene con vida, una trepidante ruta donde el cúmulo de emociones se transforma en cantidades ingentes de adrenalina. El abismo de Las Gambuesas bajo las brumas de las nubes lo transforman en un paraje inhóspito y fantasmagórico.
Primera parte: Senderismo y aproximación.
Iniciamos la ruta a 1.950 metros de altitud justo en el Mirador de La Crucita, los primeros kilómetros transitan por un bello sendero que cruza la Caldera de Pedro Gil, un camino de Candelaria que se abre bajo el imponente muro del Pico del valle, los innumerables contrastes son de radicales opuestos, una Corona Forestal tupida de miles de pinos canarios, el inmenso filo de roca de Cho Marcial o Pico del Valle, el majestuoso y lunar volcán o Montaña de Las Arenas, un lecho rojizo que poco a poco se ve invadido y vencido por toneladas de gris ceniza, es tal la combinación de colores y texturas que hacen de esta caldera una estampa fotográfica donde todos los colores coexisten y se mezclan entre sí.

Inicio de la ruta de Las Gambuesas



















Camino de Candelaria

Camino de Candelaria





Cho Marcial – Pico del Valle




Caldera de Pedro Gil


Caldera de Pedro Gil




Caldera de Pedro Gil


Caldera de Pedro Gil – Tenerife


Caldera de Pedro Gil



Cho Marcial o Pico del Valle
Segunda parte: Barranco de Las Gambuesas.
Tras una espectacular aproximación cruzando por entera la Caldera de Pedro Gil alcanzamos el cauce del barranco, es aquí donde nos equipamos y comenzamos el descenso, Las Gambuesas es un barranco dividido en dos tramos, el superior y el inferior, tramos que nosotros vamos a recorrer integralmente hasta alcanzar la misma localidad de Arafo.
El barranco de Las Gambuesas también es nombrado como el barranco de La Saleta, ya que , conforme descendemos nos encontramos con la galería de La Saleta.












En cuestión de segundos aparecieron de la nada espesas brumas, nos sumergimos en vertical en un repentino mar de nubes…





















Acabamos de llegar a la cabecera del salto más alto del barranco, un salto de 90 metros que nos obliga hacer reunión, un fraccionamiento original y cómodo aprovechando una de las ventanas de la galería Risco Azul.














Dejamos atrás la galería Risco Azul, acabamos de finalizar el tramo superior de Las Gambuesas y con el los grandes saltos de Las Gambuesas, los posteriores y numerosos saltos pertenecen al tramo inferior, saltos de menor altura, algunos de ellos destrepables, el barranco se encajona y la vegetación en algunos tramos nos hace avanzar lentamente…






















Punto final al barranco de Las Gambuesas, trepidante y extenuante recorrido cuya salida nos lleva a la parte alta de la localidad de Arafo.
De vuelta a La Crucita, inicio de esta espectacular ruta, recuperamos el resto de coches para bajar de nuevo hasta Arafo, esta vez por asfalto.

Caldera de Pedro Gil
Mar de nubes en un atardecer idílico bajo un Teide blanco e impasible.

El mar de nubes es un impresionante efecto natural creado por los vientos alisios, que empujan a las nubes contra las laderas montañosas del norte de la isla creando, cuando se observa desde la cumbre, la ilusión de un mar tranquilo y esponjoso. Esta acumulación horizontal de estratocúmulos se forma de manera natural entre los 500 y los 1500 metros de altura.

Teide
Nunca andes por el camino trazado, pues te conducirá únicamente hacia donde los otros fueron.
A Santi y Diego…