
Parque Rural de Anaga – Tenerife
Macizo de Anaga
Ya solo la impresionante robustez de sus montañas elevadas sobre la vecina costa es una imagen tan atractiva como singular, pero si de verdad quieres disfrutarlo deberías recorrer sus numerosos senderos y llegar hasta alguna de sus encantadoras calas de esa fina y brillante arena negra (como la de Benijo, Antequera, Ocadila, Pachila, Zapata, Anosma) que salpican esta costa. Aprovecha para descalzarte y pasear sobre la delicada arena volcánica, darte un baño en sus aguas atlánticas provoca una incontenible erupción de sensaciones.
En el paisaje de la zona también destacan las formaciones geológicas como los roques (antiguas chimeneas volcánicas), los diques (fisuras rellenas de magma solidificado que identificarás como “muros” en medio del paisaje), los acantilados y los escarpadísimos barrancos. Otra de las estampas más inolvidables es, sin duda, la del mar de nubes.
Arriba, en las zonas más altas, encontrarás la mejor representación de laurisilva de todo Tenerife. Se trata, nada menos, que de un fósil viviente, una reliquia que ha sobrevivido desde hace 40 millones de años. La cuenca mediterránea estaba cubierta por este tipo de bosque hasta que las glaciaciones acabaron con él. Pasear entre los troncos retorcidos y llenos de musgo de esta húmeda selva, equivale a hacer un viaje en el tiempo. Escúchalos, siéntelos, respira el mismo aire prehistórico. Por si esto no fuera suficiente, el macizo de Anaga es una de las áreas geológicamente más antiguas de Tenerife y eso, junto a las diferencias de altitud, de clima y de suelo, permiten una enorme variedad biológica pese a lo reducido de su superficie. Están representados prácticamente todos los ecosistemas de la isla, salvo el de alta montaña. Podemos encontrar vegetación costera, zonas de cardonal-tabaibal, dragos y palmeras canarias.
Y si la flora es rica y diversa, la fauna no podía ser menos. Los protagonistas indiscutibles son los invertebrados. Podrás encontrar casi un centenar de especies únicas en el mundo. Si te apasionan las aves podrás encontrar algunas tan emblemáticas como la pardela cenicienta, el cernícalo, el búho o las palomas rabiche y turqué (ambas consideradas reliquias vivientes y especies endémicas de Canarias). De hecho, la abundante presencia de avifauna ha dado lugar a que Anaga sea una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). Y no menos importante es la increíble fauna marina, una delicia para los ávidos ojos submarinos, con especies destacadas como el chucho (una especie de manta), la merluza canaria, la vieja o una anguila autóctona que se encuentra en peligro de extinción.
El parque también sirve de asentamiento para pequeñas poblaciones humanas. Podrás encontrar hasta 26 núcleos o caseríos, que suman un total de 2.000 personas. Sus habitantes se dedican eminentemente a la agricultura a pequeña escala, cultivando productos tan tradicionales en esta zona como las batatas, las papas, los ñames, la viñas y distintos tipos de árboles frutales.
La carretera de montaña de Anaga nace en La Laguna y atraviesa todo el macizo montañoso del parque rural de Anaga (TF-12) hasta llegar a Igueste de San Andrés (muy próximo a Santa Cruz de Tenerife); las vistas y paisajes son preciosos. De esta idílica carretera, la TF-12, sinuosa y estrecha, nacen otras carreteras que nos conducen a aldeas de montaña como Taborno, Afur, Taganana, Chamorga, etc.
El escarpado Macizo de Anaga, situado en el noreste de Tenerife, es la zona geológica más antigua de la isla. Salvajes acantilados, agudas crestas y barrancos de gran profundidad caracterizan el macizo que alcanza los mil metros de altura en su cresta principal; con frecuencia los alisios transforman el macizo en una selva nublada, fantasmagórica, nostálgica, hermosa e inolvidable.
Todo el macizo de Anaga esta intercomunicado por bellísimos senderos, pudiendo caminar de Punta Hidalgo hasta Chamorga y de Chamorga hasta Igueste de San Andrés, íntegramente por senderos.
Mapa de situación de la península de Anaga:
Mirador de Jardina:
Carretera TF-12 y sus otras carreteras; que nos llevan a pueblos y aldeas de montaña, como por ejemplo esta carretera, que nos conduce hasta Afur:
En el pueblito de Afur acaba el asfalto. Desde Afur podemos realizar una bonita ruta hasta llegar a la playa de Tamadiste; una vez en la playa podemos regresar a Afur por idéntico sendero o, desde la playa de Tamadiste caminar hasta Taganana ascender hasta la cumbrecilla (607 m.) y llegar de nuevo a Afur, un circuito circular sencillo que nos llevará 4 horas, caminando con mucha calma y disfrutando de un paisaje majestuoso. Otra opción sería subir a Taborno. Las opciones son múltiples, toda una red de senderos intercomunican cada rincón de Anaga. Dichas rutas están publicadas en esta página web wildcanarias.
Carretera TF -12:
Abandonamos la TF-12 y nos dirijimos a Taganana, Roque de las Bodegas, Almáciga y Benijo:
Roque de las Ánimas destacando por su embergadura y altura en la siguiente fotografía:
Normalmente los alisios transforman al parque rural de Anaga en una selva de nubes:
Anaga es una maravilla visual y su paisaje, da un giro radical respecto a otras zonas de la isla; la capacidad de contrastes tan opuestos que nos ofrece la isla de Tenerife hace que por momentos, nos cuestionemos si seguimos en la misma isla; es increible que en tan pocos kilómetros cuadrados el paisaje requiebre de este modo, simplemente asombroso, el tiempo se detiene entre brumas, aldeas, acantilados, crestas dentadas, roques, laurisilva.
Fotografías del Parque Rural de Anaga (Reserva Mundial de La Biosfera):