
Viajar sirve para ajustar la imaginación a la realidad, y para ver las cosas como son en vez de pensar en como serán; Pecenescal me llevó a situaciones increíbles donde incertidumbre y riesgo estuvieron presentes a lo largo de esta magnifica gran ruta circular, ruta reina de la isla majorera bajo mi punto de vista particular, reina al existir y combinar ciertos ingredientes necesarios que tan pocas veces se combinan en una misma ruta: incertidumbre, soledad, distancia del recorrido (21 kilómetros), dureza, desnivel, pasos complicados y arriesgados, temor al fracaso, belleza, contrastes; una perfecta sinfonía de composición inolvidable, eso fue Pecenescal!.

Barranco de Pecenescal
Entre los barrancos de Valluelo y Tras del Lomo discurre en paralelo el de Pecenescal, barranco que nos lleva a las grandes playas majoreras de un Oeste salvaje y solitario, Cofete y Barlovento de Jandía (las dos playas más largas y anchas de todo el Archipiélago Canario); dos montañas canalizan el erosionado surco que conforma el barranco de Pecenescal, Morro de La Burra a la izquierda conforme caminamos en dirección a la Degollada de Pecenescal, y Morro de La Cagada a la derecha, montaña que frena y contiene el desierto de dunas blancas de El Jable, Parque Natural de Jandía.

Parque Natural de Jandía
Los primeros kilómetros se recorren muy fácilmente siguiendo el mismo cauce del barranco, una caminata en principio no muy atractiva a través de los numerosos meandros de un cauce poco encajonado y extremadamente erosionado, pero a los 4 kilómetros el cauce se precipita casi en vertical unos 300 metros hacia un Atlántico abierto y siempre embravecido, desapareciendo cualquier atisbo de camino, la Degollada de Pecenescal es un escondido paso que nos dará entrada a un sinuoso y casi desaparecido sendero por el acantilado de estos viejos muros de Jandía, pero antes de iniciar el descenso decido hacer cima en el Morro de La Burra, una atalaya que compite en panorámicas extremas con el mismísimo Pico de La Zarza, atalaya reina de la isla majorera.
El Inicio de la ruta es justo en un punto de paso del GR131, GR que recorreremos en los últimos 3 kilómetros de esta gran circular para cerrar ruta y regresar a este mismo punto de inicio.









Degollada de Pecenescal (252 metros de altitud)


Aquí termina lo que fue un inicial paseo tranquilo a lo largo de un cauce bien marcado, a partir de ahora, bajo unas panorámicas extraordinarias que se pierden a la vista a lo largo de decenas de kilómetros de Este a Oeste por los acantilados de Jandía, empieza lo bueno!; de entrada el estrecho paso de la Degollada de Pecenescal no lo se ver, mi mirada esta fija en la cima de la atalaya del Morro de La Burra, desde donde intuyo que las vistas deben ser extraordinarias, y allí me dirijo antes de proseguir con mi objetivo principal, pisar las arenas doradas de Barlovento de Jandía.
Así que, antes de buscar ese estrecho paso que me lleve a pie de la segunda playa más larga del Archipiélago Canario – la primera es la vecina Cofete -, estudio atentamente la vía más segura para hacer cumbre en el Morro de La Burra, cima situada a 532 metros de altitud, algo que no va a resultar tan sencillo una vez me encuentre en plena ascensión, las paredes del Morro de La Burra son más verticales de lo que parecen desde abajo, lo que me lleva a un esfuerzo grande y algo peligroso ante los fuertes desniveles de una ladera muy degrada y descompuesta; buscando las fisuras que a modo de profundas arrugas rasgan estas viejas cumbres, me ayudo a conseguir más seguridad en el avance de mis pasos, alcanzando una cumbre donde el viento corre huracanado, las panorámicas desde esta atalaya son espectaculares visionando prácticamente toda la extensa Jandía.
Morro de La Burra (532 metros de altitud)

Mi mirada, conforme gano altura rápidamente por las verticales laderas del Morro de La Burra, se detiene de vez en cuando prestando la máxima atención ante un acantilado y precipicio que esconde un paso hasta las doradas arenas de la playa de Barlovento de Jandía; la Degollada de Pecenescal es la puerta de entrada a ese sendero, un sendero que ni tan solo desde las altas laderas del Morro de La Burra se perfila ante mi mirada…

Morro de la Cagada (358 metros de altitud)


Valle de Cofete – El Islote
El islote marca la frontera entre las dos playas más largas y salvajes de todo Canarias, Cofete y Barlovento de Jandía.

El Islote


Morro de la Cagada

Degollada de Pecenescal


Morro de la Cagada

Morro de la Cagada




Morro de la Cagada



Morro de la Cagada

Morro de la Cagada

Morro de la Cagada


Pico de La Zarza
Una vez alcanzo la cúspide y cima del Morro de La Burra el viento es huracanado, es tal la virulencia que las cámaras vuelan literalmente de mis manos, forzando un agarre más que fuerte para poder fotografiar tan espectacular paisaje.



Pico de La Zarza

Pico de La Zarza – Valle de Cofete

Pico de La Zarza

Pico de La Zarza – Valle de Cofete






Pico de La Zarza


Morro de la Cagada
Toca descender por donde subimos y recuperar el filo del acantilado de Jandía, final del cauce más marcado del barranco de Pecenescal, y buscar ahora si la Degollada de Pecenescal para proseguir ruta y descenso hasta alcanzar el arenal de Barlovento de Jandía. El descenso me lo tomo con calma y prestando la máxima atención a donde pongo los pies, el desnivel es brutal y el terreno está tan degradado que es como andar por un campo de canicas, donde las piedras, grandes y pequeñas, al estar medio sueltas en este piso tan frágil y delicado, te arrastran al verse presionadas por mis pasos.

Una vez de nuevo en la horizontal, frente al poste que nos deletrea Pecenescal, busco la Degollada de Pecenescal (252 metros de altitud), el paso esta mimetizado en el entorno pero finalmente un pequeño mojón de piedras me sitúa ante él; sin pensarlo me adentro en las escarpadas y solitarias laderas del acantilado de Jandía, 250 metros en vertical me separan de la playa de Barlovento de Jandía a través de un desdibujado y casi inexistente sendero.
La Degollada de Pecenescal










Últimos metros antes de pisar este extraordinario y solitario arenal, Barlovento!, en breve finalizaré mi primer objetivo de esta grandiosa jornada, alcanzar la costa Oeste!

Barlovento de Jandía


Acantilado



Tras un merecido descanso a la sombra del acantilado frente a un océano que lo devora todo, como algo, me embadurno de crema una piel ya demasiado enrojecida por un sol incandescente, y agoto los últimos metros del arenal de Barlovento en dirección Norte, playa que termina sepultada y cerrada por toneladas de rocas dando paso a otras muchas playas cuyos nombres desconozco; a partir de aquí un acantilado peligroso compuesto por infinidad de esculturas de piedra modeladas por el incesante y eterno viento, el agua y la arena, un acantilado laberíntico a través del cual me abro paso; lo más delicado de esta gran circular esta aquí, rocas afiladas como cuchillos que a modo de trinchera frenan el continuo bombardeo de unas olas que estallan bajo mis pies, pasos donde para salvar el mar me obligan a trepar y ganar altura ante un amasijo de rocas resbaladizas y desencajadas, enormes grietas amenazan un camino en extremo expuesto donde un fallo sería nefasto y fatal.
























Ante mi, el dique de salida para conectar ya con el desierto de arenas blancas de Jandía, y abandonar así definitivamente las playas y arenales de este magnífico litoral de Jandía; a partir de aquí, en constante y dura subida, nos adentramos en el Parque Natural de Jandía, El Jable. Un Jable donde los senderos se encuentran en gran parte sepultados bajos enormes dunas de fina arena blanca; un largo y arduo camino ante mi antes de conectar con el GR131 y alcanzar las Casas de Pecenescal.
Con sorpresa me encuentro a un solitario pescador que me facilita el punto exacto por donde abandonar la playa y acceder así al único camino de regreso que me sumergirá en el paisaje más desértico de la isla, las dunas blancas del Jable (Parque Natural de Jandía), una salida que no se intuye tan fácilmente, así que, fue una suerte ese casual encuentro en tal recóndito lugar.

Salida







































Morro de La Cagada y Morro de La Burra en el horizonte…



















Conecto finalmente con el GR131, a partir de aquí, últimos 3 kilómetros en constante bajada; en breve alcanzaré el origen de esta gran circular, Las Casas de Pecenescal.


















Cogemos el coche y vamos en busca de la carretera FV2, en breve llegamos al Risco del Paso, uno de los finales del barranco de Pecenescal, barranco que une estas dos grandes playas, Risco el Paso y Barlovento de Jandía.

Parque Natural de Jandía

Abandonamos el Parque Natural de Jandía y visitamos la playa del Risco el Paso y la playa de Sotavento de Jandía, playas unidas donde el barranco de Pecenescal muere, un barranco que corta diametralmente la Punta de Jandía, conectando Este y Oeste, conectando estas dos enormes playas con la de Barlovento de Jandía.
Risco el Paso y Sotavento de Jandía

Fuerteventura

Fuerteventura

Fuerteventura
Dejamos atrás el Risco del Paso y sus playas, y ya si, directos a mi lugar de descanso, Morro Jable.

Morro Jable









La aventura es una de las grandes fascinaciones del género humano. La mejor manera de entusiasmar a un niño para que emprenda una nueva tarea es convencerlo de que es una aventura. Y, más tarde, el entusiasmo por las aventuras será el centro de la vida de muchos hombres y mujeres.