
Faro de Teno – Punta de Teno
Desde el mirador de La Tabaiba, un mirador situado en una de las incontables curvas de la carretera de Masca (TF-436), nos adentramos en las tierras altas de Teno con un objetivo en particular: buscar otra alternativa a la hora de acceder hasta la cabecera del barranco de Los Garañones, un punto desde el cual, para continuar, fuerza a llevar equipo de barranquismo. La cabecera da origen a un descenso vertiginoso hasta las playas acantiladas de Los Gigantes, más de 600 metros de altura nos separan de esas numerosas playas que da cobijo el acantilado, altura que muestra la gran magnitud de estas milenarias murallas acantiladas. El filo del acantilado marca una de las fronteras terrestres más inexpugnable de la isla de Tenerife. Como mencioné antes, busco una alternativa diferente a la habitual, que siempre es salir desde Teno Alto a la hora de alcanzar las numerosas cabeceras que existen en esta vertiente acantilada; desde Tabaiba ahorramos muchos kilómetros de asfalto y tiempo, siempre y cuando la distancia de camino no resulte muy excesiva.
El mirador de La Tabaiba nos adentra en una cresta que divide dos profundas depresiones, adentrándonos en las selváticas cumbres del Baracán, el sendero crestea entre el valle de El Palmar y la meseta de Teno, siendo protagonista indiscutible a lo largo de los primeros pasos, la abisal depresión y cadena montañosa de Los Carrizales, ruta que nos va adentrando en las frondosas cumbres del Baracán, en dirección al caserío de Teno Alto.
Una vez alcanzada la cabecera del barranco de Los Garañones desharemos camino y saldremos por la misma ladera que nos llevó al cauce, recuperando nuevamente el filo acantilado de Los Gigantes, limite terrestre tanto de la meseta de Teno Alto como de la isla de Tenerife; tras el acantilado solo Océano y las vecinas islas del Archipiélago que parecen flotar en el aire: La Gomera y La Palma; a pie de acantilado las vistas hacia Punta Teno y su faro son realmente espeluznantes, la tierra literalmente se precipita al vacío, geometría vertical junto al atronador silencio que impera en esta atmósfera gravitatoria, es tal magnitud del entorno que las emociones desbordan!. Tras deambular por esta extrema frontera natural, al limite entre Tenerife y el Atlántico, nos adentramos de nuevo en la meseta o mesa de Teno Alto, esta vez ya si, con el objetivo de alcanzar su caserío: Teno Alto.
Una vez en el caserío de Teno Alto y tras un descanso en el bar de la plaza retomamos un camino bien marcado que nos devuelve hasta el mirador de La Tabaiba, sendero que nuevamente nos adentra en las cumbres del Baracán.
Por seguridad tomé una decisión que me llevó a alargar este gran recorrido circular, ya que tristemente suelen robar en muchos de los miradores de carretera que la isla tiene, decidí aparcar en el pueblo que está un poco más abajo del mirador, en El Palmar. Del Palmar hasta el mirador de la Tabaiba hay unos 20 minutos a través de un cómodo aunque empinado sendero que une ambos puntos.
El Palmar








Desde el mirador de La Tabaiba se abren a la vista los barrancos más profundos y verticales de la isla de Tenerife, el valle de Los Carrizales te muestra la cara más salvaje y brutal de la isla, las dimensiones son indescriptibles.




Mirador de La Tabaiba – Carretera de Masca (TF-436)
Como se observa perfectamente en la siguiente fotografía, el sendero transcurre por la cresta que divide El Palmar de El Carrizal, interior y costa bajo unos paisajes indescriptibles y masivos.

Mirador de La Tabaiba – Carretera de Masca

Cumbres de Abache









Picos de Teide y Pico Viejo en el horizonte
En breve abandonamos el sendero que atraviesa las cumbres del Baracán para dirigirnos hacia el filo del acantilado, en breve aparece la grieta y cauce de Los Garañones, barranco que se adentra hacía el acantilado.

Picos de Teide y Pico Viejo en el horizonte


Mirador de Tabaiba – Carretera de Masca


Mirador de Tabaiba – Carretera de Masca


Barranco y cauce de Los Garañones




Sucesivas crestas aparecen en el horizonte, Abache, Camino de Los Antiguos, Guergues, enormes cadenas montañosas que contienen los sucesivos surcos que se precipitan en el Atlántico a través del macizo acantilado de Los Gigantes.



Filo y Acantilado de Los Gigantes


Punta de Teno – Faro de Teno

Barranco de Los Garañones

Punto estratégico para admirar una de las mejores panorámicas de la Punta de Teno:

Punta de Teno – Faro de Teno

Punta de Teno – Faro de Teno

Punta de Teno – Faro de Teno
Descendemos al cauce por la ladera del barranco de Los Garañones, un descenso peligroso por el desnivel del terreno así como la descomposición del terreno, un sendero semi desdibujado serpentea entre tabaibas, cardones, pitas y pencas.



Cabecera del barranco de Los Garañones



Retomamos los mismos pasos que nos bajaron hasta la cabecera hasta recuperar de nuevo el filo del acantilado…





Punta de Teno – Faro de Teno


Faro de Teno – Punta de Teno


Punta de Teno – Faro de Teno

Punta de Teno – Faro de Teno


Roque Largo




Caserío de Teno Alto



Cumbres de Baracán










La Tabaiba



El Palmar


A veces el océano no es el océano. No es azul; ni siquiera es agua, sino una explosión violenta de energía y peligro: ferocidad de una magnitud que sólo los dioses pueden lograr. Se arroja contra la isla lanzando espuma por encima del faro, arrancando trozos de acantilado. Y el ruido que hace es el rugido de una bestia cuya ira no conoce límites. Es en esas noches cuando más necesario es el faro.
«La luz entre los océanos» (2012), M. L. Stedman