
Volcanes del Chinyero y Garachico – Tenerife
«…A eso de la una nos pusimos a comer en la propia montaña del Chinyero, cuando empezamos a sentir ruidos subterráneos y movimientos del terreno con mucho calor … era tal la trepidación del terreno que el mango del hacha del viejo, que estaba apoyada en las tablas del trillo , temblequeaba produciendo un fuerte repiqueteo contra la madera…después de recorrer media legua, dejábamos ya atrás la montaña de la Cruz cuando sentimos una fuerte detonación acompañada de violenta sacudida de la tierra, que nos dejó suspensos, pudiendo entonces ver una gruesa columna de humo negro, piedras y fuego…»
El imponente volcán que da nombre a este inmenso espacio natural, El Chinyero, con sus 1.560 metros sobre el nivel del mar, es un enclave paisajísticamente espectacular. Situado al noroeste de Pico Viejo, en plena Corona Forestal, la ruta circular al Chinyero primero y al volcán de Garachico después, ofrece innumerables contrastes extremadamente opuestos, haciendo de esta ruta algo inolvidable; inmensos campos de escoria junto a sus desperdigados pinos canarios de verdes intensos al límite de su supervivencia por la elevada altitud, los masivos conos volcánicos del Chinyero y Garachico, sus pequeños roques, los titánicos volcanes Teide y Pico Viejo recortándose en el horizonte, sus frondosos bosques de pinos en las partes más bajas de la ruta… Viendo este entorno de ceniza, lava y escoria hace que nos imaginemos como tuvo que ser aquel 18 de noviembre de 1909, cuando la tierra se abrió para vomitar lava durante diez días seguidos, dejando una inmensa columna de piroclastos y gases visibles desde las vecinas islas.
Por el Oeste de Tenerife, circulando por la carretera TF-38 en dirección al Parque Nacional del Teide, accedemos a una espectacular ruta por las extensas coladas del volcán Chinyero; una circular bajo un paraje apocalíptico con la permanente presencia del Teide y Pico Viejo en el horizonte.
Fotografías de la ruta:
El volcán Chinyero se sitúa en las cumbres de Abeque, al noroeste de la isla de Tenerife, a 1.560 m de altura. La erupción, última habida en la isla, dio comienzo el 18 de noviembre de 1909 y tuvo una duración de 10 días. Estuvo precedida de movimientos sísmicos que se iniciaron en el mes de julio de 1908, intensificándose en los días inmediatamente anteriores a la erupción.
Se inició alrededor de las dos y media de la tarde con un fuerte terremoto, ruidos subterráneos y un intenso calor en el suelo. Simultáneamente, en el interior del antiguo cráter de la montaña de Chinyero se abrió una grieta por donde comenzó a salir la lava que era lanzada al exterior formando columnas de escorias, lapilllis y cenizas, acompañadas de rítmicas explosiones.
El viento impulsaba los piroclastos hacia el norte, llegando a alcanzar las localidades de Icod y La Orotava, e incluso, las cenizas más finas cayeron en Punta del Hidalgo. En días posteriores al del inicio de la erupción, la lava que estaba retenida en el interior del cráter rompió la pared meridional y se derramó por el paraje del Llano de Los Asnos, abriéndose en dos brazos independientes separados por la Montaña de la Cruz. La intensificación de las emisiones de lava provocó que las coladas avanzasen hacia el sur, encauzadas entre las montañas de La Cruz, El Estrecho y Los Poleos, hasta llegar a Montaña Aguda, primero, y a la Montaña de Bilma, después, donde de nuevo la lava se bifurca en dos ramales, amenazando el meridional a cultivos y casas de Santiago del Teide.
Entramos en el municipio de Garachico, en dirección al Área Recreativa de Arenas Negras.
Entramos en el Área Recreativa de Arenas Negras:
Salimos de Arenas Negras en dirección al volcán de Garachico, el cual bordearemos en su totalidad, el paisaje es totalmente volcánico; a partir de aquí iniciamos el regreso hacia nuestro punto de origen.
El canal de Vergara cruza este desolado paisaje…
Regresamos a las coladas del Chinyero…
El día 28 de noviembre cesa la actividad de emisión de materiales lávicos, quedando como única manifestación la salida de gases a través de fumarolas. Aunque termina la erupción, siguen manteniéndose una actividad sísmica que durará hasta el mes de marzo de 1910.